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EL RECHAZO DE LA GUERRA EN EL ORIGEN DE LA UNIÓN EUROPEA Precisamente aquella formación inevitable de la que hablaba Sa- vinio había tenido a lo largo de la historia, para el suizo, tres elemen­ tos o motores fundamentales: la vitalidad, la voluntad y la vocación70. Todas ellas se pondrían claramente en acción en los años posterio­ res a la ii Guerra Mundial. En la suma de estos factores radicaría la probabilidad de un futuro que contrarrestara, al mismo tiempo, la inferioridad política de los Estados europeos y el mundo bipolar que la Guerra Fría había institucionalizado. En síntesis, el desarrollo sería el que sigue: Europa es plural y su pluralidad enriquece con sus tensiones el potencial que ha hecho de ella lo que ha sido a lo largo de la historia: es lo que Rougemont denomina el “dinam ism o eu rop eo ”. En esa pluralidad (que para Salvador de Madariaga se tra­ ducía en tensiones o relaciones entre los diferentes estados) radica asimismo para el autor, y esto es una deuda con su tiempo, la con­ tribución europea al ecumenismo. Sin embargo, la pregunta, retórica claro está, que se hace Rougemont es si Europa quiere vivir o no. Ya en Tres m ilenios d e Europa había manifestado que la base de la unión federal se encontraba en esa “unidad en la diversidad”, pero es necesario que lo que es conciencia sea también acto. De ahí que, para él, “la voluntad d e vivir d e Europa significa, en la práctica, vo­ lun tad d e un irse ”71. Así, por último, alejándose de los extremos que supondría la mera alianza entre los Estados europeos, por un lado, y la integración total de los mismos, por otro, la vocación de Europa sería, para este suizo, “ofrecer a l mundo nuevo el ejemplo conseguido d e una gran F ed era ción ”12. Enlaza de este modo Europa com o p ro b a b ilid a d con las tesis generales con las que Rougemont había encabezado Tres m ilenios d e Europa: la primera que “Europa es mucho m ás an tigua qu e sus n a c ion e s” segunda, que la función de Europa es unlversalizante a lo largo de la historia, y “sigue siendo responsable d e una vocación mundial, qu e no p o d r á sostener m ás qu e fed e r a n d o sus f u e r z a s ” en 70 D. de ROUGEMONT, Europa como probabilidad, O. c., 31 y ss. 71 Europa como probabilidad, O. c., 55. 72 Ibídem, 101. NAT. GRACIA LVIII 2/mayoagosto, 2011, 323-381, ISSN: 0470-3790 353

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