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FERNANDO BENITO MARTÍN “si los soberanos de Europa, [...] se pusieran de acuerdo, por la misma razón que inclina a los hombres a la vida social, a saber, el amor de la p a z y del orden, para encontrarse con sus delegados, en una Dieta general, un Estamento o Parlamento, establecer las reglas de justicia que han de observarse mutuamente por todos; para reunirse así todos los años [...]; para llevar ante esta soberana asamblea todas las diferencias pendientes [...]; entonces, ciertamente, Europa conse­ guiría por este medio la p a z tan deseada por sus habitantes torturados, abrumados”67. Con todos los testimonios recogidos en su obra, Rougemont de­ mostró a los europeos que, a pesar de la sombría historia de guerras y odios que cualquiera que mirase atrás podía ver, Europa había ido constituyéndose, lenta pero irrenunciablemente, como un todo cada vez más cohesionado. De esta manera, Tres milenios d e Europa cons­ tituyó (y aún lo hace) un lugar en el que beber los europeístas que entonces comenzaban a necesitar de las enseñanzas de una tradición en la que anclarse y a la que referirse frente a los vaivenes políticos. Como había escrito el ya mencionado Curtius, en su afán por unir a Europa a través de la cultura: “En la m em oria descan sa la con cien ­ cia qu e el hom bre tiene d e su identidad, m ás allá d e todo cambio. La tradición literaria es el m edio p o r el cu a l el espíritu europeo se p e r c a ­ ta d e s í mismo p o r en cim a d e los siglos”68. El nuevo camino abierto comenzaba a tener una justificación intelectual que el libro de Rou­ gemont ponía sobre la mesa con toda contundencia. Otro augurio parecía cumplirse así: “Más tarde o m ás temprano -había sostenido el italiano Alberto Savinio, en 1944- Europa, aun sin darse cuen ta d e ello, se fo rm a r á ”69. Ambas ideas se destilan, con mayor claridad, rotundidad incluso, en el conjunto de conferencias que Rougemont tituló Europa com o p r o b a b ilid a d y que son una continuación o epí­ logo cóndensado de su obra anterior y en las que aborda de una manera más personal su propia idea de Europa. 67 Citado en Tres milenios de Europa, O. c., 126-127. 68 E. R. CURTIUS, Literatura europea y Edad Media Latina, O. c., 565. 69 A. SAVINIO, El destino de Europa, O. c., 124. 352 NAT. GRACIA LVIII 2/mayo-agosto, 2011, 323-381, ISSN: 0470-3790

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