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EL RECHAZO DE LA GUERRA EN EL ORIGEN DE LA UNIÓN EUROPEA de Francia y España, esto es, debido a lo que podríamos denominar el carácter masculino alemán y el femenino de Italia. En cuanto a las tensiones desarrolladas por Inglaterra, la que mantiene con Alemania es de las analizadas en mayor detalle por Madariaga, con argumentos lingüísticos verdaderamente interesantes y que demuestran el perfecto dominio de lenguas que poseía el au­ tor a la vez que su cuantioso bagaje viajero y de conocimiento de las personas y las naciones del continente53. Entre otras cosas, para el diplomático español, Alemania ve a Inglaterra como el imperio triun­ fante que ella no ha conseguido ser, lo cual a los ojos del alemán, que se cree capacitado para haberlo conseguido, supone un trauma difícil de superar. Con los franceses, por el contrario, Inglaterra sin embargo continúa reflejándose bajo la sombra agridulce de la con­ quista normanda ocurrida hace un milenio. Francia, por su parte, no olvida las derrotas sufridas en los últimos siglos a manos de los ingleses. Con Italia, la relación de Inglaterra es de mutua admiración hacia sus valores estéticos, por un lado, y sus prácticas sociales y políticas, por otro. No llama la atención el que, en el pensar de Ma­ dariaga, los suizos constituyan, evidentemente, un caso a todas luces distinto. Para él, estos “ tienen qu e representar en Europa el intelecto qu ím icam en te p u r o ”54. Dicha pureza se deja ver, por ejemplo, en el caso de la más que conocida neutralidad suiza, sobre la que el autor mantiene, al compararla con la española que “Suiza es neutral p o r decisión unán im e d e su pu eb lo d e no m ezclarse en las cosas d e Eu­ ropa. E spaña es neutral p o rqu e m ed ia España se va a un lad o y la otra m ed ia a otro, y los dos movimientos se anu lan mu tuam en te”55. Y no sin intención hemos dejado para el final el caso español y, de manera especial, el de su relación con Inglaterra. A pesar de tra­ tarse de una atracción natural entre ambas naciones con caracteres semejantes, observa Madariaga en la tensión entre ambos pueblos una repulsión con fundamento histórico que dificulta la relación, 53 Cf., especialmente, Bosquejo de Europa, O. c., 140 y ss. 54 Ib., 215. 55 Ib., 110. NAT. GRACIA LV1II 2/mayo-agosto, 2011, 323-381, ISSN: 0470-3790 347

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