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DANIEL S. VEGA CERNUDA Aceptado como hecho histórico durante siglos, el aspecto más dis­ cutible es la fijación “manu propria” a la puerta de la iglesia, ya que Lutero se habría referido a ella, cuando repetidas veces afirma que se dirigió por escrito a los obispos (al de Mainz-Magdeburg, el men­ cionado Albrecht IV, en primer lugar), antes de plantear la cuestión en público. En cualquier caso reflejan indudablemente la opinión del Reformador sobre el tema, al que, como puede observarse, la con­ vocatoria se refiere en tercera persona. Sería muy posible que fueran impresas en hojas volantes, que, por su fácil difusión, resultaron un eficaz instrumento de los protagonistas de la Reforma para dar a conocer e instruir a los fieles. Las canciones religiosas, carga­ das de doctrina y catequesis, al­ canzaron así también una gran propagación. 1.1.2. Otras cuestiones teológicas El arzobispo Albrecht, alar­ mado por las consecuencias económicas que conllevaba, in­ terviene tratando de conciliar las posiciones y calmar los ánimos. Las Disputationes entre pro-re- formistas y adictos a la doctrina oficial de la iglesia fue produciendo discusiones, siendo especial­ mente célebre la que en 1519 y en Leipzig enfrentó a Johannes Eck y Lutero, asistido éste por sus correligionarios A. Karlstadt y Melan- chton (primero a la derecha del dibujo de Gustav König, una de sus “Escenas de la vida de Lutero”, aquí adjunto). El enconamiento de los enfrentamientos, la acritud de la disputas, la defensa irreducti­ ble de las propias ideas de defensores y detractores que llegarían a acusarle de herejía, llevaron a Lutero a ir planteando sus preocupa­ ciones religiosas de años atrás, que irán aflorando a lo largo de la difusión de la Reforma, que se puede considerar “movimiento” de masas a partir de 1518. Lutero en la “Disputa de Leipzig ” (1519). A la derecha Melanchton 250 NAT. GRACIA LVIII 2/mayo-agosto, 2011, 243-322, ISSN: 0470-3790

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