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DANIEL S. VEGA CERNUDA Desde el primer momento es la mano derecha de Lutero, al que asiste en la famosa Disputatio de Santo Tomás de Leipzig frente al agudo teólogo católico-romano Johann Eck (1483-1543) que iden­ tificaba las ideas de Lutero con las de J. Hus, el checo condenado a la hoguera 100 años antes como hereje. Es el negociador habitual del protestantismo, dado su carácter conciliador, que pone a prueba en la redacción de la Confessio au gu stan a , presentada ante el Em- perados Carlos V en la Dieta Imperial de Augsburgo (1530)102, que Su papel en la Reforma es decisivo, dotándola de base cien­ tífico-filosófica (si bien su tenden­ cia aristotélica presentaba pro­ blemas al concepto de libertad). Sobre todo trata de sistematizar sus principios, aspecto que no era el fuerte de Lutero. Melanchthon publica en 1521 la gran recopila­ ción de la doctrina luterana, los “Loci comunes rerum theologica- rum ” (Lugares comunes de temas teológicos), que el Reformador proclamaba el mejor libro des­ pués de la Biblia103. Una obra que publica cuando cuenta tan sólo 24 años y es la formulación teo- lógico-sistemática de la teología luterana. A su lado se alinean obras como la “Confessio Augusta­ na”, tantas veces aquí mencionada, “ Apologie des Augsburgischen Bekenntnisses ” (Apología de la Confesión de Augsburgo), 1531, o 102 v. bw v 637. 103 Vio diversas ediciones (siempre revisadas por su autor) en 1535, 1543 y 1559, para terminar cambiando el título, Loci praecipui theologici (Conceptos fun­ damentales de Teología); incluso alcanzó dos traducciones al alemán: la primera en 1538 de Justus Joñas (véase 1.2.3), de la que adjunto la portada, y la segunda en 1553 del propio Melanchton. admiró por su moderación. 320 NAT. GRACIA LVIII 2/mayo-agosto, 2011, 243-322, ISSN: 0470-3790

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