PS_NyG_2011v058n002p0243_0322

DANIEL S. VEGA CERNUDA en el cancionero polifónico de 1524, “Geystliche gesangk Buchleyn ”, donde lleva el subtítulo “un can to d e g loria y loor en el qu e Simeón a la b a a l Señorp o r h ab erle hecho ver a su Cristo y h aberle an u n c ia d o qu e será el Salvador común d e ju d ío s y paganos". La primera de las cuatro estrofas de que consta dice así: Mit Fried und Freud ich fahr dahin In Gottes Wille, Getrost ist mir mein Herz und Sinn, Sanft und stille. Wie Gott mir verheißen hat, Der Tod ist mein Schlaf worden. En paz y alegría me dirijo hacia allí según la voluntad del Señor, mi corazón y mi espíritu está confortados dulce y sosegadamente. Como Dios me prometió la muerte se trocó para mí en un sueño. El transfondo de la muerte como liberación es una idea que procede de San Pablo; Francisco de Asís la consideraba “hermana muerte corporal”, y alcanzará, a través de Lutero, una especial viven­ cia en el pietismo del siglo XVII-XVIII, vivencia a la que no puede escapar aquel cristiano luterano que era J. Sebastian, con esos dos colosales monumentos musicales que son los dos coros finales de sus dos Pasiones, en los Jesús duerme, a la espera de la resurrección. II.4.2. El co ral en la muerte d e Lutero La tradición creyó que M. Lutero murió con este coral en los la­ bios. Aunque parece que lo recitó cuando su estado se agravaba, no fueron, sin embargo, sus últimas palabras. Así lo explicó su entraña­ ble amigo y colíder de la Reforma Melachnton al día después de la muerte del Reformador el 18 de febrero de 1546, elogio fúnebre que tuvo lugar en la Universidad de Wittenberg, con su “De obitu Mar­ tini Lutheri ”. Para este día estaba previsto escuchar y comentar la “Epístola a los Rom anos ”, pero ante las “ multas fa b e lla s h inc d e mor- te Lutheri vagaturas esse ”94, había creído conveniente cambiar de tema y narra “a d auditorium sch o la e Vuittembergensis XIX. Februa- rii, an n o 1546 ”, a aquellos a los que se dirigía como “optimi adoles- 94 “Las muchas fábulas que acerca de la muerte de Lutero circulaban por aquí”. 316 NAT. GRACIA LVIII 2/mayo-agosto, 2011, 243-322, ISSN: 0470-3790