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DANIEL S. VEGA CERNUDA hoch, da kom ich her*0, que se puede traducir por „cantar y decir“, o decir cantando, en que palabra y melodía se funden para completar­ se y potenciar mutuamente su efecto. Hegel82 tres siglos mas tarde, atribuyendo a la poesía el primer puesto entre las artes, reconocía que sólo se liberaba de sus limitaciones (el lenguaje está viciado por el uso), cuando se asociaba a la música. II.3. O r ig en d e las m elo d ía s d e lo s co r a les Me voy a centrar en la primera etapa de la Reforma, la de su implantación, la de mayor pureza ideológica por su cercanía a Lu- tero que la ha supervisado. Lo que se ha llamado83 la “Era Martin Lutero”. El catálogo de melodías que se van incorporando al acerbo social de la nueva religiosidad puede tener una triple fuente. II.3-1 • Lasfuentes gregorianas Las melodías medievales litúrgicas antes de ser adaptadas al nuevo texto requieren generalmente una revisión del ritmo, aspecto en el que el alemán difiere profundamente del latín, y la configu­ ración de los “pies métricos”, como denomina la Prosodia a las unidades básicas de 2 ó 3 sílabas. Sirva de ejemplo la adaptación del “Gloria” de la “Missa Lux et origo” (s. X), que la Editio Vaticana aplicaba al tiempo pascual. En el primer pentagrama presento la melodía gregoriana, transcrita a pentagrama (también de la Editio Vaticana) colocando números correlativos a las notas que va a tomar Nikolaus Decius (1529). En el pentagrama inferior la versión que dos siglos después utilizaría Bach en su cantata BWV 112, 5, para el Domingo II después de Pascua (Domingo del Buen Pastor) de 1731, en la que aporta variantes mínimas al texto musical de Decius. 82 En sus “Vorlesungen“ berlinesas (1831), editadas postumamente. 83 HANS JOACHIM MOSER, “Die evangelische Kirchenmusik in Deutsch­ land\ Verlag Carl Merseburg, Berlin, 1954. 308 NAT. GRACIA LVIII 2/mayo-agosto, 2011, 243-322, ISSN: 0470-3790

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