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DANIEL S. VEGA CERNUDA en que se educa el futuro reformador de la Iglesia, cuyas prácticas y enseñanzas tendría interesantes consecuencias en crear una música para la nueva iglesia que planeaba. II. 2 . P apel d e la M úsica en la R efo rm a de M . L utero Con estos antecedentes biográficos y de educación se puede a priori pensar que Lutero habría de ser muy favorable a confiar a la música un papel importante73. Y en efecto no cayó en la contra­ dicción de Zwingli, que no quería las artes en general y la música en especial en el ámbito de la religiosidad, con una falta de lógica increíble en un intelectual religioso de entonces: en la Biblia consta como práctica habitual la entonación de cantos a Yahwé y Pablo 74 exhortaba a los cristianos a alabar a Dios con cánticos e himnos. Lutero insiste con estos argumentos: “El que entonar canciones espirituales es bueno y aceptable para con Dios, creo que no sea algo oculto a ningún cristiano, ya que a cada uno le es familiar no sólo el ejemplo de los profetas y reyes del Antiguo Testamento (que con cantos y sones, con poemas y todo tipo de sonar de cuerdas han alabado a Dios), sino que esta práctica, especialmente el canto de salmos, también le es conocido a toda la cristiandad desde sus inicios ”75. lengo. Alfonso X había impulsado el estudio de la Música en el Estudio General de Salamanca y su hijo Sancho IV de Castilla manda que se estudie en ella la disciplina del “organum”, es decir, la composición polifónica; con este fin pudiera haber sido escrito el tratado “ Ars Música ” del franciscano Fray Juan Gil de Zamora (también llamado fr. Egidio de Zamora) que había sido estrecho colaborador del Rey Sabio y preceptor de su hijo. De los 16 capítulos de que consta la obra, 12 está dedicados a la música práctica. Sirva estas precisiones, más cercanas a nuestro entorno histórico, para ilustrar la educación alemana de principios del siglo XVI. 73 Téngase en cuenta que como monje tendría muy presente el dicho de San Agustín (cuya regla seguían los Ermitaños de Erfurt): “Qui canit bis orat: el que canta dos veces ora 74 V. notas 59 y 60. 75 “ D aß geistliche Lieder zu singen gut und Gott wohlgefällig ist, denke ich, sei keinem Christen verborgen, d a doch jedem nicht nur das Beispiel der Propheten und Könige im Alten Testament ( die mit Singen und Klingen, mit Dichten und aller- 304 NAT. GRACIA LVIII 2/mayo-agosto, 2011, 243-322, ISSN: 0470-3790

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