PS_NyG_2011v058n002p0243_0322

MARTÍN LUTERO Y LA MÚSICA DE LA REFORMA No se trata de una obra voluminosa (recuerdo que se trata de 48 páginas) pero hay que tener en cuenta lo laborioso del procedi­ miento para imprimir música de tipos móviles, que había iniciado en Venecia y en 1501 Ottaviano dei Petrucci con su famoso “Harmonice Musices Odhecaton ”. En esta línea, Lutero tuvo un gran colaborador en Georg Rhau (1488-1548), personalidad polifacética, marcada por su paso como estudiante de Filosofía en la Universidad de Wittenberg (bachiller en 1514); es nombrado asesor (septiembre de 1518) de la Facultad de Filosofía de la Universidad de Leipzig , ciudad en la que desde agos­ to de ese mismo año era Cantor de la Escuela de Santo Tomás, aneja a la iglesia de los agustinos del mismo nombre, y predecesor de J. S. Bach, por tanto; para la mencionada y célebre “Disputa de Leipzig” (1519) compone una misa a doce voces; su simpatía por el movi­ miento reformista le obliga (1520) a huir de la ciudad y es durante dos años maestro de escuela en Eisleben (la ciudad natal de Lutero) e Hildburghausen hasta que en 1522 se establece en Wittenberg y funda una imprenta que sería el centro mediático de la Reforma, muy cerca de Lutero y sus más allegados. Como músico había editado an­ tes de establecerse en Wittenberg dos libros de música para el uso escolar, a lo que se añadirían una colección de polifonía alemana de la época en diez tomos con obras de Finck, Stoltzer, Resinarius, Cellarius, Dietrich, von Bruck y Senfl, cuyas obras respondían a los criterios político-musicales de la Reforma, si bien algunos autores, como Senfl, eran católicos. Sus doce misas a cuatro voces, himnos y sus series de “ Bicinia ”, composiciones a 2 voces, y “Tricinia” (a 3 voces), de diferente referencia (Bicinia latina, germanica, brabantica, gallica), junto con obras diversas denotan una gran actividad en el campo de la composición, siempre al servicio de un nuevo concepto de la música religiosa. Quizás pueda llamar la atención al lector el espacio dedicado a este “Enchiridion”. Pero es el núcleo básico, el germen de lo que será un inmenso repertorio, vigente en su mayor parte hoy día tras casi 500 años, cuyos siguientes pasos veremos enseguida. Antes, procede el análisis de lo que estos nuevos textos contienen desde el punto de vista teológico. NAT. GRACIA LVIII 2/mayo-agosto, 2011, 243-322, ISSN: 0470-3790 271

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz