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DANIEL S. VEGA CERNUDA dein Wort man nicht läßt haben wahr, II Cron. 6,17 tu Palabra no se tiene por verdadera der Glaub ist auch verloschen gar/ Jer. 7,28c y la fe está casi totalmente apagada bei allen Menschenkindern. Salmo. 12,2b entre todos los hijos de hombre. Desde el punto de vista de escritor, es indiscutible que su obra máxima obra es la traducción de la Biblia al alemán, que ha consa­ grado el “deutsch” en que está escrita, el Mittel-Hochdeutsch, como el “alemán” por excelencia dejando de lado otras variantes del pri­ migenio “deutsch”, como el Plattdeutsch del noroeste, el Bairisch del sur o el Sächsisch del centro17, esto sin intentar agotar la relación. Frente al Althochdeutsch (el idioma de las cancillerías, que tiene en el Hildebrantslied de hacia el 800 su modelo literario), del que se conservan documentos entre 750-1050 (a partir de esta fecha, con la integración definitiva en la cultura occidental de los pueblos germánicos se prefiere el latín), surgiría, avanzada la Edad Media, el Mittelhochdeutsch por obra y gracia de los trovadores y troveros germánicos, los Minnesänger y Meistersinger, que, para ser entendi­ dos por todos, se expresaban en este idioma, la lengua común (la Kotvf| yX(baaa que decían los griegos) del siglo XIV al XVII (el latín, insisto, seguiría siendo el idioma de la universidad y la cultura). Resalto la complejidad idiomàtica del mundo germánico para mejor valorar la obra de Lutero, que apreciaba extraordinariamente su len­ gua materna, el sajón18. Pero utiliza un estadio inicial de lo que sería el “Neuhochdeutsch”, el Nuevo alto-alemán (los filólogos hablan de un Früh-Neuhochdeutsch, un Temprano-nuevo-alto-alemán), que él mismo consagra, con el que sienta la base del alemán moderno, el Hochdeutsch). Desde el pulpito era más comprensible por todos. 17 Respecto a la inimaginable vigencia de innumerables variantes dialectales, baste considerar que en el actual estado federal de Baviera se hablan tres dialectos principales, el Bairisch, Fränkisch y Alemannisch (con variantes determinadas por la geografia: ober, superior, mittel medio, y nieder , bajo), además de las diferencias que marcan el bávaro fronterizo con Suabia o Franconia, incluso bávaro-franco-suabo). 18 Así lo demuestra una de sus conversaciones sobre el tema, en la que llega a afirmar: “ Los austríacos y bávaros no entienden a los turingios y sajones... La len­ gua de los “Oberländer”llena la boca y suena dura. Pero la lengua sajona se desliza finamente suave y fácil”. Tischreden (Conversaciones de sobremesa), 5, 512, 14. 254 NAT. GRACIA LVIII 2/mayo-agosto, 2011, 243-322, ISSN: 0470-3790

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