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JUAN FERNANDO SELLÉS Conclusión'. “el objeto adecuado a nuestro intelecto por la natu­ raleza de la potencia no es la quididad de la realidad natural , como quiso el Dr. Thomas, sino el ente en común, como enseña Escoto ”36. Téngase en cuenta que también es una aserción tomista que ‘lo pri­ mero que cae bajo el entendimiento es el ente\ y que aunque Tomás acepte el adagio ‘ nihil in intellectu nisiprius in sensu ’ a éste le añade que “no es necesario que todo lo que es conocido por el hombre caiga bajo los sentidos, o sea conocido inmediatamente por un efecto sensi­ ble, pues el mismo intelecto se entiende a sí mismopor su acto, que no cae bajo los sentidos ”37. En cualquier caso, Boyvin es más explicito que el de Aquino al respecto, pues aunque sostiene que el objeto que mueve es la quididad de la realidad sensible, añade que el obje­ to total y adecuado de una potencia ni la excede ni es excedido por ella. Como nuestro intelecto entiende las realidades espirituales (in­ cluso a Dios y a los ángeles) por encima de la quididad material, por tanto, tal quididad no es el objeto adecuado del intelecto. Además, es claro que el deseo de nuestro intelecto es conocer las realidades espirituales. Asimismo, es manifiesto que llegamos a conocer las rea­ lidades inmateriales a través de las materiales. Por tanto, la quididad no es su objeto propio. Para Boyvin el objeto adecuado a nuestro intelecto es el ente en común porque se recibe adecuadamente por la potencia. El ente en común denota amplitud, y esto es compatible con el siguiente adagio medieval: ‘ intellectum essefinitum in essendo, et infinitum in cognos- cendo\ Como es claro, cualquier ente particular cae bajo el ‘ente en común’. Considera reductiva la opinión de Egidio Romano, pues para este tomista el objeto del intelecto es el ente verdadero ( ens verum ), pues “cualquier cognoscible, y po r supuesto el ens, el unum, el verum, el bonum y cualquier otro se incluye bajo el ámbito del ente”58. El objeto que mueve a nuestro intelecto es la quididad de la realidad sensible, pero el ente en común es, a la vez, el objeto motivo y termi- 36 Id., 366. 37 T omás de A q uino , De malo, q. VI, a. unic., ad 18m. 38 Id., 367. 190 NAT. GRACIA LVIII 1/enero-abril, 2011, 177-199, ISSN: 0470-3790

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