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ILDEFONSO MURILLO na: agente, paciente y acto. La bondad no sería plena sin bonificante, bonificable y bonificar. El divino amor estaría ocioso si no hubiera un eterno amante, amable y amar. Su presencia en las dignidades tal como se dan en Dios constituye la principal razón necesaria para demostrar la existencia de la Trinidad. Podemos afirmar que el des pliegue de las dignidades en sus tres correlativos constituye la base de la doctrina luliana de la Trinidad en su etapa más desarrollada, a la que pertenecen los textos antes citados. Al hablar de Dios, la teología y la filosofía van íntimamente uni das. Llega a escribir lo siguiente: “Siendo el entendim iento hum ano imperfecto y el entendim iento divino perfecto, intentamos investigar a Dios y su ob ra r con el en tendim iento divino, d e modo qu e p od am o s h a c e r cien cia sobre él mismo y su a c tu a r -c um divino intellectu in- tendimus investigare Deum et suum agere, ut d e ipso et d e suo agere scientiam possimus f a c e r e - ; y esto [lo intentamos] teológica y filo sófi camente, siendo los tem as d e este libro Dios y el en tender ” {ID 441). Está persuadido de que todo lo que entendimiento entiende como verdad es necesariamente verdadero. Y nada podría ser verdadero que no pudiera entenderse de ningún modo. La razón de entender coincide con la razón de ser. Juzga totalmente inaceptable la teoría de la doble verdad. De aquí se deriva un pleno acuerdo de la verda dera filosofía con la verdadera teología: “ Dios es la verdad; y con la v erdad [Dios] es sujeto en la teología. Ahora bien, la verdadera filo s o f í a significa la verdad era teología en cuan to a l en ten d er-V era ph i- losophia autem est signum, quo vera teología sign ificaturper modum intelligendi-. Yp o r esto, en cuan to a l en tend er - q u o a d talem mo- dum -, están d e acu erd o [la verdadera filo so fía y la verdadera teolo g ía ] lo mismo qu e el signo y el significado. Pero si un filósofo niega d e Dios lo qu e hay en él, p o rqu e no lo entiende, su filo sofía es perversa. Como aquellos qu e niegan la trin idad divina, p o rqu e no en tienden y d icen qu e en tienden p o r razones naturales qu e es imposible [..]. Tal filo s o fía es fa lsa , p erv ersa y contra la verdadera teología” C PER 500). De modo semejante argumenta respecto a la creación del mundo, a la Encarnación y a otras verdades de la fe católica. Intenta restituir la unidad primigenia del entendimiento y la verdad y se lamenta de que muchos maestros y escolares de la Universidad de París defien- 160 NAT. GRACIA LVIII 1/enero-abril, 2011, 135-175, ISSN: 0470-3790
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