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DIOS Y EL HOMBRE EN RAIMUNDO LULIO Dicha doctrina reviste especial importancia para elevar nuestro entendimiento a la investigación de la Trinidad. Está seguro de que con los correlativos y sus propiedades podemos demostrar de qué modo conocemos a las personas divinas: “Decimos d e otro lad o qu e el P ad re es una persona, el Hijo otra y el Espíritu Santo otra, p o rqu e difieren d e la m isma m an era qu e los tres correlativos d e las razo nes y a m en cion adas. Estas tres p erson a s son una m isma Bondad, G randeza, etc, una naturaleza, un a sustancia, una m isma esencia indivisa y una divinidad, p o rqu e los -tivos d e las susodichas razones constituyen la p erson a del P adre y los -bles la p erson a d el Hijo; y los -ares, a s a b e r bonificar, grandificar, etc. constituyen la p erson a d el Espíritu San to”(C 78). Como los atributos y los correlativos son sim ples e infinitos, las personas de la Trinidad son simples e infinitas. A la vez intenta mostrarnos por qué existe una misma y singular pa ternidad y no muchas, una misma y singular filiación y no muchas, y lo mismo respecto de la actividad divina que da origen al Espíri tu Santo: porque cualquiera de los principios o atributos (Bondad, Grandeza, etc.) tienen su correlativo singular en su número. Y las tres personas son el único Dios. Justifica esta afirmación porque, en los atributos y correlativos, la esencia de Dios es una e indivisa, y lo que proviene de su ser es convertible con la pro pia esencia. Intentando aclararnos mejor esta demostración del Dios uno y trino, escribe: “ Puesto qu e en la B on d a d divina el bonificativo p rod u ce en teram en te d e s í mismo lo bonijicable, y jun tos inspiran el bonificar, y a s í las d em ás razones, se sigue n ecesariam en te qu e estas tres P ersonas sean iguales en tanto qu e existen y actú an p o r toda la B ondad , Grandeza, Duración, etc. El P adre en tend iéndose Padre p r odu ce a l Hijo, y Padre e Hijo am án d o se mutuam ente inspiran en tre Ellos mismos a l Espíritu Santo. Y tal en tend er y am a r es personal, p o rqu e la respuesta es idéntica. Pero en tender y amar, qu e son c o munes, son la m isma esencia y sustancia divinas y el único Dios, qu e se en tiende com o un solo Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo ” (C 78). La doctrina de los principios correlativos, aunque no aparece claramente formulada en las primeras obras de Lulio, estaría implí cita en la doctrina de las dignidades, porque deriva de la naturaleza esencialmente activa de Dios. Cada dignidad se despliega en una ter- NAT. GRACIA LVIII 1/eneroabril, 2011, 135-175, ISSN: 0470-3790 159
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