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ILDEFONSO MURILLO todo tiene que ver con todo. Aún más, el hecho de que, en las tríadas relativas, el lugar central corresponda a los conceptos de concordan­ cia, medio e igualdad, muestra que el beato no se queda en la con­ traposición de unas cosas con otras, sino que busca, en cierto modo, la mediación y la reconciliación” (Colomer, 21). Los principales signos y recursos gráficos, con los que Lulio re­ presenta los conceptos tronco y sus relaciones, son el alfabeto, las figuras y la tabla. En primer lugar, con nueve letras del alfabeto la­ tino (B, C, D, E, F, G, H, I, K) designa a las dos series de principios absolutos y relativos. La letra B, por ejemplo, significa bondad y dife­ rencia. Las figuras, por su parte, articulan, en un lenguaje lógico co­ herente, los significados de esas nueve letras. En la versión última de su Arte, esas figuras son cuatro: 1) la figura teológica, que representa las nueve dignidades o atributos de Dios; 2) la que corresponde a los principios relativos; 3) la que se dirige a la formación del juicio; y 4) la que busca el término medio que una al sujeto y predicado del juicio. Las dos primeras figuras proporcionan los términos y las otras dos nos ayudan a operar con ellos. La tabla general se origina de la rotación de los dos círculos móviles de la cuarta figura. La combinatoria surge del juego combinado de todos esos ele­ mentos. Lulio la concibe como un eficaz instrumento de formación del juicio y del silogismo. Se abre camino, al menos implícitamente, la idea de un cálculo lógico y de unas técnicas para llevarlo a cabo, con el atrevido intento de matematizar y mecanizar el pensamiento. Las distintas versiones de su arte, repito, parten de los atributos absolutos de Dios. Al hablar de los principios de su arte, nos hemos introducido ya, por tanto, en el punto de partida de su teología y de su antropología. Al investigar a Lulio partimos de que su Arte, que él creía haberlo recibido por iluminación de Dios en la montaña de Randa, es la columna vertebral de todo su pensamiento, el núcleo en torno al cual giran sus otras obras. El arte luliana ofrece esa trabazón sistemática entre lo primero y lo derivado: los primeros principios y lo que procede de ellos. Su arte es su sistema. Insisto. En él va implicada la lógica, la ontología y todas las ciencias. La verdad sobre el hombre, como la verdad de las 152 NAT. GRACIA LVIII 1/enero-abril, 2011, 135-175, ISSN: 0470-3790

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