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DIOS Y EL HOMBRE EN RAIMUNDO LULIO La validez de esas premisas es una herencia común para las culturas judía, musulmana y cristiana. Éstas la han recibido en gran parte de la antigüedad, sobre todo del neoplatonismo. El Arte luliano no toma como punto de partida, pues, ninguno de los rasgos distin­ tivos del cristianismo (especialmente los dogmas de la Trinidad y la Encarnación), sino que parte de esa herencia común, a partir de la cual intenta demostrar la visión cristiana de Dios. Sobre esa base común a las tres religiones, monta un mecanis­ mo lógico de raíz combinatoria que permite solucionar cualquier problema que se nos plantea de tipo lógico y metafísico o religioso. El diálogo entre las religiones, por consiguiente, podría echar mano provechosamente de ese Arte. Es lo que hace Lulio en su Libro d el gentil y d e los tres sabios, elaborado entre 1274 y 1276, y en otros muchos libros. Esta aplicación universal de su Arte es posible, por­ que lo considera como un arte universal al que se reducen todas las ciencias. Los misioneros y apologetas cristianos pueden hallar en él, por consiguiente, una buena herramienta para llevar a cabo su tarea. La confianza en su Arte es total: “Un saber nuevo yo he encontrado; por él lo cierto será claro y se destruirá lofalso. Serán los moros bautizados, judíos, tártaros y errados, por el saber que Dios me ha d ad o”(CR 513) Ante la objeción de uno de los dos personajes en que se des­ dobla el mismo Lulio en su poema El desconsuelo (el ermitaño), res­ ponde el otro personaje (Ramón): “¿Cómo p en sá is qu e y o esconda tal ciencia, cu an d o con ella se p u e d e incontestablem ente p r o b a r nuestra fe ? ¿Cómo p en sá is qu e la oculte a los hombres errados, qu e p o r mi s a ­ b er p u ed en a lc a n z a r la salvación d e Dios, a qu ien qu isiera qu e tanto am a sen ? S ab ed con segu ridad qu e estoy can sa d o y a d e en s eñ a r Y si los hom bres muy d e veras estudiasen en mis libros y p o r otra doctrina no los olvidaran, y o fu e r a conocido; p e r o los leen algunos com o gato qu e p a s a p o r brasas en cen d ida s; p o r eso casi n a d a a lcan z o con ellos en este negocio. Mas si hubiese algunos qu e d e mi Arte se a cordasen y lo comprendiesen y en n a d a d e él qu edasen dudosos, se p o d r ía p o r NAT. GRACIA LVIII 1/enero-abril, 2011, 135-175, ISSN: 0470-3790 149

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