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ILDEFONSO MURILLO interesaba proponer un sistema filosófico y teológico nuevo. Lo que deseaba ardientemente era encontrar un arte de en­ contrar la verdad como base para la práctica de la conversión de los infieles. Y estaba seguro de haberlo encontrado. En El desconsuelo se lamenta de que no se lo reconozcan (. D 1111, n. 22) y en Vida co etán ea hay un pasaje donde se nos relata que en un momento de crisis llega a preferir la condenación a la perdición de su arte y de sus libros: “Ramón, pues, considerando d e una p a r te su cond en ación si no m oraba con los Predicadores, d e la otra, la p erd ición d e su Arte y d e sus libros si no le h a llab a la muerte en la orden d e los fra iles Menores, eligió (lo qu e era en extremo adm irable) m ejor su p ro p ia cond en ación etern a qu e la p érd id a d el A rtepredicba, qu e sa b ía h a b e r recibido d e Dios p a r a la salvación d e mu­ chos y, singularmente, en h on or d el mismo D ios” (VC 58, n. 23). Su racionalismo apunta a dos objetivos: ayudar a la cru­ zada espiritual, combatir el Islam en sus propios dominios, y sumarse a la campaña antiaverroísta, combatir al Islam en las posiciones que había tomado en París. Despliega un es­ fuerzo gigantesco para llevar a cabo la Cruzada espiritual, utilizando todos los recursos imaginables de persuasión: la confesión personal, la predicación, el diálogo dramático, el conocimiento de la propia lengua de los infieles, etc. Está convencido de su misión. Su pensamiento está al servicio de la acción (cf. Llinares 166-167). Quiere convertir a los musul­ manes, a los judíos y a los tártaros para salvarlos. La doctrina sobre Dios y sobre el hombre está siempre orientada a la práctica. Otro presupuesto es su con fian za en qu e la razón humana, desd e s í misma, p u e d e llegar a la verdad sobre Dios y el hom ­ bre. En la fe poseemos un buen punto de partida para avan­ zar en el conocimiento de la Trinidad y de la Encarnación. Lo que sucede es que los musulmanes (sarracenos), judíos y gentiles carecen de ese punto de partida. Pero Lulio cree que cualquier entendimiento por gracia de Dios tiene capacidad para entender los artículos de la fe católica con tal de que NAT. GRACIA LVIII 1/enero-abril, 2011, 135-175, ISSN: 0470-3790

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