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DIOS Y EL HOMBRE EN RAIMUNDO LULIO y empecé a hacer mal y a entrar en pecado, y, olvidado del Dios verdadero, seguí los carnales apetitos; pero Jesucristo, por su gran piedad, quiso cinco veces aparecérseme cruci ficado, para que me acordara de él, le amase y procurara fuese conocido por todo el mundo, y que la verdad infalible de la Santísima Trinidad y de la encarnación gloriosa fuese predicada y enseñada. Y, así, yo me sentí inspirado, y tuve tan grande amor a Dios, que jamás amé otra cosa sino que él fuese honrado; y entonces empecé a servirle ” (D 1094-1097). • Destaca en Lulio la unión de pensamiento y vida. Variados escritos autobiográficos testimonian esa unión: Vida coetá nea, El desconsuelo y Canto de Ramón , y partes de sus obras Libro de contemplación en Dios , Blanquerna , Félix o Libro de las maravillas, etc. Me parece, por esto, especialmente fe cundo el enfoque de Amador Vega, que concibe el relato de su vida en Vida coetánea como un buen marco hermenéuti- co de su pensamiento (cf. Vega 14-134). Sus investigaciones, reflexiones y consideraciones sobre Dios y el hombre nacen en conexión con los acontecimientos de su propia vida, y han de interpretarse, por tanto, a la luz de sus escritos auto biográficos, en donde se registran los momentos más decisi vos de su itinerario espiritual y existencial. • La lectura de Lulio nos revela constantemente el fin práctico (apologético y didáctico) de la mayoría de sus escritos y de gran parte de sus actividades a partir del momento de su conversión. Como Francisco de Asís, se halla ante una tarea espiritual que considera urgente: la conversión de los infie les. Escribe: uCuando después consideré el estado del mundo y cuán pocos son los cristianos y muchos los incrédulos, con movido mi corazón, me hizo concebir elpensamiento de acu dir a losprelados, reyesy religiosos, mostrándoles cómo pasar a los dominios de esasgentes, y con predicaciones, argumen tosy armas dar tal ensalzamiento a nuestra santafe católica, que los infieles viniesen a verdadera conversión. En este santo negocio me he ocupado por espacio de treinta años” (D 1096- 1097). Ser teólogo o filósofo era una cosa accesoria. No le NAT. GRACIA LVIII 1/enero-abril, 2011, 135-175, ISSN: 0470-3790 145
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