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PABLO GARCÍA CASTILLO pronuncia, de hecho, más adelante; ahora, el que habla es su silencio: henchida de alegría, no se equivoca, precisamente porque está llena de alegría y no lo dice a causa de un placer que leproduce un cosqui lleo en el cuerpo, pero porque se ha convertido en lo que era en otro tiempo, cuando erafeliz ” 57. La teología mística es la descripción de ese viaje del alma, que culmina en esa cumbre silenciosa, donde se produce la unión de los amantes, meta y aspiración del alma desde su nacimiento. Es la semejanza del alma con lo divino, su divinización, que es la suprema excelencia a la que puede aspirar por su misma naturaleza divina. Aquí culmina el platonismo, el neoplatonismo y el aliento mismo de la tradición de los Padres de la Iglesia: alcanzar el instante sublime y definitivo de la unión mística en las tinieblas más que luminosas del silencio que muestra los secretos. Terminemos con otro texto plotiniano que recoge de forma mística y luminosa ese encuentro en la cumbre. Dice así: “Allá está el verdadero Amado, con el que podemos unirnos, participando de Él y poseyéndolo y no abrazándolo por fuera carnal mente. Si alguno vio, sabe lo que digo. Sabe que el alma entonces está en posesión de una vida distinta, desde el momento en que se acerca a Él y se une ya a Él y participa de Él hasta el punto de darse cuenta, en ese estado, de la presencia del dador de la vida verdadera. Y ya no necesita de nada, antes al contrario, le es preciso despojarse de las demás cosas, quedarse en eso solo y hacerse eso solo, apartando el resto... Y entonces es cuando esposible ver a Aquél y verse a sí mismos como se debe uno ver: esplendoroso y lleno de luz inteligible; mejor dicho, hecho luz misma, pura , ingrávida y leve; hecho dios, o mejor aún, siendo dios, se verá todo encendido en aquel instante ” 58. 57 PLOTINO, Enéadas , VI, 7, 34. 58 Ib. VI, 9, 10. 134 NAT. GRACIA LVIII 1/enero-abril, 2011, 105-134, ISSN: 0470-3790
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