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PABLO GARCÍA CASTILLO halla para intentar ver el rostro de Dios, para lograr percibir la belle­ za inasible de la infinitud divina. Unas tinieblas que no son sólo la incapacidad e imperfección de los sentidos que no logran vislumbrar la belleza inteligible, sino la propia oscuridad del entendimiento que sufre el deslumbramiento de la inmensa luz divina, que sobrepasa el límite de las categorías humanas. En su Vida d e Moisés, Filón propuso al pueblo judío una forma de vida ejemplar para los judíos, pero san Gregorio de Nisa con su Vida d e Moisés pretende presentar al prototipo del hombre cristiano, elevado sobre las tinieblas, vuelto hacia la luz, mediante la práctica de la virtud que purifica al hombre y le hace semejante a la divini­ dad. La figura de Moisés adquiere una dimensión moral y cristiana que no alcanza a descubrir Filón. Y en las Hom ilías sobre el Cantar d e los Cantares , siguiendo las huellas de Orígenes, muestra el cami­ no de perfección y la subida al monte santo, como imágenes de la recuperación del hombre nuevo, revestido de la imagen originaria que Dios le dio en el paraíso. LA ZARZA ARDIENTE, LA NUBE Y LA TINIEBLA Este sentido moral que presenta la vida humana como una in­ acabable búsqueda de la belleza y de la virtud, como un ascenso in­ terminable por el camino de la espiritualidad, que jamás concluye, es el sentido profundo de la Vida d e Moisés, como podemos leer, en las palabras finales de la obra. San Gregorio se dirige al monje Cesáreo, que le había rogado que le diese por escrito algunas normas para su perfección moral y para él escribió esta obra, en cuya conclusión leemos lo siguiente: “Aquí tienes, oh hombre de Dios, Cesáreo, la breve exposición que te presento sobre la perfección de la vida virtuosa. He descrito la vida del gran Moisés como ejemplo patente de belleza. Cada uno de noso­ tros, imitando sus obras, haremos nuestra la imagen de esta belleza... Ypues tal era el propósito de saber en qué consiste la perfección, hom­ bre generoso, por cuanto hemos dicho, tiempo es ya de volverte hacia el modelo y hacer vida propia lo que los acontecimientos históricos nos 114 NAT. GRACIA LVIII 1/enero-abril, 2011, 105-134, ISSN: 0470-3790