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LA TEOLOGÍA CATÓLICA ABANDONA LA TEORÍA DEL LIMBO Fuera del bautismo/fuera de la Iglesia no hay salvación (nn. 61- 67; 57-60). Aunque no en su redacción gramatical, pero sí en su contenido conceptual, ambas fórmulas son equivalentes. El proble­ ma de la salvación de los niños nonatos va unido al problema de la necesidad del bautismo, de la Iglesia, para salvarse. La pregunta por la salvación de estos niños, por su destino eterno, no tendría mayor importancia si la pregunta no se hiciese sobre unos seres humanos que nacen pecado original, Y como es sabido, nacer en pecado ori­ ginal es nacer “ bajo la ira e indignación de Dios , bajo la esclavitud de Satanás, en muerte espiritual” (DS. 1511). Este pecado original no se quita sino es por un acto de caridad perfecta, o por el sacramento del bautismo. Ninguno de estos medios es accesible a estos niños. En este contexto, lo normal, lo esperado y temido por todos es que estos niños mueran en pecado original. La pregunta por su salvación, que en un primer momento pu­ diera ser una mera y normal curiosidad intelectual, adquiere duro dramatismo y alto interés pastoral. S. Agustín y luego los teólogos latinos , unieron estrechamente su teología de bautismo a su teoría sobre el pecado original con el que, según su opinión, nacen los niños. Estos teólogos tenían visión absorbentemente hamartiocéntrica (de hamartía/pecado, en griego: centrada en el pecado original) acerca de la finalidad y eficacia del bautismo y de toda la economía de la Gracia. Los teólogos que re­ dactaron el documento de CTI, parece que también participan de esta visión hamartiocéntrica (centrada en el pecado original) de la actual economía de la gracia. Así parece indicarlo este subtítulo: “La universalidad delpecado y la universalidad de la redención” (nn. 53- 56). No es aceptable decir que la universal necesidad del Salvador se haga depender de la universalidad del pecado humano3. En algunos textos afirma Agustín que, si no tuviesen pecado original, no sería necesario bautizar a los niños. El bautismo no tiene 3 Hace años he tratado el tema con amplitud. Ver A. de VILLALMONTE, Bautizamos los niños ¿para remisión de lospecados ?, en Mundo Nuevo (Caracas) 17 (1981) 275-283; 475-485. ID., Cristianismo sin pecado original, Salamanca, Natura­ leza y Gracia, 1999, 183-195. NAT. GRACIA LVIII 1/enero-abril, 2011, 67-102, ISSN: 0470-3790 75

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