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ALEJANDRO DE VILLAMONTE Pensando en este camino extraordinario, insiste la CTI en que el hecho de que los niños mueran sin bautizar, no lleva necesariamente al hecho de que mueran en pecado original (nn. 32-40). Existe la posibilidad de que Dios les condone el pecado original y les done la gracia santificante por otros caminos extraordinarios que nos son desconocidos. En efecto, puede recordarse a este propósito, el adagio teológico de que Dios no está ligado a sacramentos en la administración de su gracia. Ni tampoco está ligado a ningún modo de colaboración hu­ mana. Tampoco en el caso de estos niños que mueren sin bautismo. Como dato fehaciente para hablar de esta posibilidad de que se confiera la gracia sin sacramento e incluso sin ninguna colaboración humana, por pura y absoluta gratuidad, como gracia desprendida directamente de las manos de Dios, cita la CTI el ejemplo de la Vir­ gen María (n. 87). Efectivamente, la Virgen, en el primer instante de su ser, recibió la gracia santificante con esta absoluta gratuidad, sin colaboración personal de ella, sin mediación de un sacramento. Ciertamente, el caso de la Virgen sirve para demostrar la posibi­ lidad de que a los niños sin bautizar también se les pueda conceder la salvación en absoluta gratuidad, sin colaboración humana, ni de la persona beneficiada ni de la Iglesia. Pues como dice el adagio latino “de facto ad posse valet illatio”: el caso María demuestra la posibilidad . Pero que hay usar este ejemplo con cautela. Hay diferencias muy relevantes entre el caso de los niños y el de María. En efecto, desde que surgió el movimiento “inmaculista” con Duns Escoto hasta hoy mismo, el caso de María se propone como “singular gracia y privilegio” concedidos a María, por ser la elegida para Madre del Salvador y como su colaboradora especial en la obra de la salvación. Porque la llamada “ley del pecado original”, aplicada con toda su normal interna rigidez, exigía que María, como hija de Adán, naciese en pecado original, sin gracia santificante. Por eso, afirmada la indudable y obvia posibilidad de que María podría reci­ bir la gracia original sin colaboración personal ni sacramento, Duns 94 NAT. GRACIA LVIII 1/eneroabril, 2011, 67-102, ISSN: 0470-3790

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