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LA TEOLOGÍA CATÓLICA ABANDONA LA TEORÍA DEL LIMBO al llegar a la existencia tiene/pone un duro obstáculo que le impide recibir la Gracia de Dios: la presencia en él del poder de El Pecado, bajo la forma de pecado original. En otras palabras, la Gracia de la elección para la vida eterna, no puede realizarse porque la fuerza de El Pecado se ha anticipado a ocupar el alma del nuevo hombre. Si esto fuere cierto, resulta que, al bajar al terreno de la realidad histó­ rica concreta, la “Buena y Alegre Noticia Eu-aggelion” que nosotros dábamos a todo hombre de que llega a este mundo en amistad y Gracia de Dios, se transforma en la “Mala y Triste Noticia/el Dys- aggelion” de que, en realidad, nace bajo la ira e indignación de Dios, bajo el poder de Satanás, en muerte espiritual”, según terribles palabras del concilio Tridentino (DS 1511 ). La noticia es del todo asombrosa, frontalmente opuesta a la razón humana, como opinaba Pascal. Y, en nuestra perspectiva de teólogos católicos, frontalmente opuesta al dogma primordial del cristianismo, la voluntad salvadora de Dios, al modo explicado. Pare­ ce, pues, normal que hagamos la espontánea, simple pero compro­ metedora pregunta ¿cómo lo sabes? ¿Cómo, sobre este hecho y este momento tan misterioso, has llegado a tener una certeza tan absolu­ ta, de rasgos divinales? ¿Cómo ocurre la entrada de El Pecado en el alma del hombre y, precisamente, al entrar en el mundo? El teólogo católico tiene en presencia dos agentes que podrían intervenir en el evento: el hombre y Dios. Es metafísicamente impo­ sible que un simple y mero hombre pueda ejecutar una obra de tan inconmensurables consecuencias. Repugna a la santidad de Dios que Él ponga en situación pecadora al hombre, a todo el género humano. Tras largo y duro reflexionar sobre el tema S. Agustín y tras él los teólogos occidentales, han llegado a esta conclusión: la situación pecadora en que se encuentra todo hombre al llegar a la existencia, ha tenido un originante: Adán, protoparente de la raza humana. El llamado pecado “original” es pecado “adánico” por definición. Surge entonces, dentro del sistema teológico latino, el capítulo de antropología teológica que podemos llamar “Adamología/Teolo- gía de Adán”. Cuyos rasgos básicos serían estos: NAT. GRACIA LVIII 1/enero-abril, 2011, 67-102, ISSN: 0470-3790 85

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