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LA TEOLOGÍA CATÓLICA ABANDONA LA TEORÍA DEL LIMBO dente tenemos las ‘cuestiones escolásticas’ suscitadas con profusión a impulso de la que Erasmo llamaba la manía de la especulación (rabies specu land i ) de los teólogos de la Edad Media. De entrada, no se ve qué importancia pueda tener para la vida cristiana del adulto, para su ortodoxia y su ortopraxis el saber algo concreto sobre este momento de la existencia humana, tan oscuro y misterioso para los diversos saberes humanos y también para la teología. No nos vaya a ocurrir lo que señala R. Niebuhr: “no hay n a d a tan increíble com o una respuesta a una pregunta qu e n ad ie b a fo rm u la d o Por otra parte, no debemos olvidar en cualquier estudio sobre el tema que, el Mensaje de salvación, la Palabra de Dios que lo comuni­ ca, tiene como oyente, como destinatario directo al hombre adulto. A este van dirigidas las promesas, los mandatos, las prohibiciones de la Ley divina y evangélica. Porque sólo los adultos son ‘oyentes de la pa­ labra’, capaces de decidirse consciente y libremente a favor o en contra del Mensaje. Toda aplicación que se haga a los niños no pude ser más que eso, aplicación extensiva, proporcional, derivada, analógica de lo que se dice a los adultos. Y siempre susceptible de revisión crítica. La pregunta, pues, por la situación teologal del hombre a llegar a la existencia, en un primer tiempo, podría parecer una pregunta más bien curiosa, irrelevante. Sin embargo, a lo largo de la historia de la teología y de la vida entera de la Cristiandad occid en tal , la pre­ gunta y la respuesta cobraron importancia insospechada en la ecle- siología, en la cristología, en la antropología teológica, en la teología. Vertiente eclesiológica/sacram en tal del tema: S. Agustín y sus seguidores hasta el día de hoy, no veían cómo salvar la necesidad y eficacia del bautismo, si antes no se reconoce que el niño ha entrado en la existencia en situación teologal de ‘pecado original’. Vertiente cristológica/soteriológica: Cristo es redentor universal, también de estos niños y ¿de qué puede redimir Cristo a estos niños si no tienen pecado original? Vertiente an tropológ ica : el hombre en general, se encuentra en absoluta impotencia soteriológica, necesita un Salvador. No tendría todo hombre necesidad de un Salvador si todo hombre no fuese un NAT. GRACIA LVIII 1/eneroabril, 2011, 67-102, ISSN: 0470-3790 79