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ALEJANDRO DE VILLAMONTE como finalidad “exclusiva” perdonar el pecado original (n.7) Es falsa la opinión de san Agustín en este punto. Pero tampoco es finalidad esencial del bautismo el quitar el pecado original u otro cualquiera. Su referencia al perdón del pecado, si se hiciere, será meramente cir­ cunstancial y condicionada: quita el pecado si lo hubiere en el bau­ tizando. Pero no es indispensable que éste tenga pecado para que tenga obligación y derecho a recibir el bautismo y entrar en la Iglesia. Por nuestra parte queremos insistir en que la finalidad del bau­ tismo es del todo “caritocéntrica”, ordenado a dar la vida de la gracia, dar vida a un nuevo hijo de Dios, por la fuerza del Espíritu, hacién­ dole nacer del agua y del Espíritu Santo (Jn 3, 5). En los Hechos 10 se habla del centurión Cornelio, pagano devo­ to y temeroso de Dios. Podemos, por ende, tener la certeza moral de que era un hombre justo. Sin embargo, él se siente llamado a pedir el bautismo y Pedro se siente llamado a concedérselo para que reciba el Espíritu Santo, para introducirlo en la nueva Comunidad de salvación que el Mesías Jesús de Nazaret acaba de instituir. La fórmula neotestamentaria “p a r a remisión d e los p e c a d o s ” que se utiliza cuando se exhorta a recibir el bautismo, no se refiere al “pecado” en cuanto acontecimiento de la vida individual y moral. Se refiere a la situación general de impotencia soteriológica en que se encuentran todos los oyentes. Incluso auque alguno fuese un pia­ doso israelita. A todos se les urge a que se incorporen a la nueva Institución de salvación instituida por el Mesías, Jesús de Nazaret. La única que desde ahora tiene promesa y ayuda de Dios para salvar a todo hombres. La motivación hamartiológica del bautismo, es sólo ocasional y coyuntural. No debe ser mencionada al bautizar a un bebé, por ese niño no tiene pecado ninguno. Ni tampoco el pecado hereditario que le endosan arbitrariamente muchos teólogos cristianos. Esta orientación ‘caritocéntrica’ (centrada en comunicar la gra­ cia) de la pastoral y praxis del bautismo, tiene aplicaciones pastorales en nuestros días. Los padres cristianos que tengan una normal sen­ sibilidad humana y espiritual, tal vez no soporten que se les exhorte a bautizar a sus niños por que nacen en pecado original: bajo la ira 76 NAT. GRACIA LV1II 1/enero-abril, 2011, 67-102, ISSN: 0470-3790

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