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LA VIDA PRESENTE Y LA FUTURA los viajeros, ni el rumbo que llevan ni el lugar de destino, ni nada Únicamente puede admirarse de lo que ve. En cuanto a la velocidad distingue los cuatro km. andando de la que alcanza una bicicleta, que llega a los 10 ó 14 km. hora; los distingue de los 30 km. de una caballería; de los 80 ó cien que corre un coche o a la sumo de los mil de un avión. Ni le va ni le viene la realidad compleja del transporte. Pero no le hables de los 300.000 mil km. por segundo de la luz; si le proporcionas como referente la luz del Sol, alejado 150 millones de km. y cuya luz tarda en llegar a nosotros unos ocho minutos... Ni lo cree ni lo imagina. Y si hablamos de distancias siderales lo cree inverosímil, por ejemplo que la estrella más próxima al Sol dista de él 4.3 años luz, que la luz de una galaxia ha salido de ella hace doce mil millones de años luz cuando llega a nosotros. El humano sencillo no asimila las referencias que se apartan de las magnitudes ordinarias compro­ badas por sus sentidos. El humano sencillo no aceptará que nos estamos desplazando por el espacio: la rotación, en nuestro paralelo, a unos 1500 km. por hora; la de unos cien mil kilómetros por hora en la traslación alre­ dedor del Sol; a unos novecientos sesenta mil km. en la traslación alrededor de nuestra galaxia ; a unos dos millones doscientos mil km. por hora en la traslación de nuestra galaxia en relación con el cúmulo de galaxias Virgo... ¿Para qué seguir sumando? El huma­ no sencillo no puede admitir estos desplazamientos. Sencillamente porque de ellos no existe percepción sensorial. Lo mismo ocurre si hablamos de colores o sonido, porque tampoco le ofrecen la percep­ ción sensorial que es la que él utiliza. Cuando sale de la ducha sólo ve su cuerpo, pero ni remotamen­ te asume que lo que ve realmente son las células externas de un organismo milagrosamente estructurado con unos cien billones de las mismas, todas perfectamente ensambladas y conjuntadas en múl­ tiples funciones biológicas. -Y no digamos si le referimos que cada célula tiene 23 pares de cromosomas que agrupan unos 100 mil ge­ nes que combinan unos tres mil millones de partículas de adenina, citosina, guanina y timima, de cuyas combinaciones se derivan sus características biológicas personales y hasta su salud- O que lo que NAT. GRACIA LVIII 1/enero-abril, 2011, 7-66, ISSN: 0470-3790 49

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