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BERNARDINO DE ARMELLADA la marcha inexorable de lo finito y mudable encadenado al inmu table absoluto. La idea del no-ser se reducía a una capacidad de cambio dentro de la misma realidad. Quizás la inteligencia fría no daba para más. II. JERUSALÉN ENCUENTRA A ATENAS Pero la humanidad no discurría sólo por las cabezas de los grie gos. Era el pueblo de Israel el que fue descubriendo, con un sentido concreto de la realidad, la acción de un Dios frente al hombre y del hombre frente a Dios. Israel, ciertamente, se considera, más que filó sofo, testigo de una historia que hunde sus raíces en una revelación original del Dios distinto del hombre. Una historia que da cuenta cabal de la situación dramática de la humanidad: situación dramáti ca, que la tragedia griega expresó con fuerza sin poder llegar a su porqué. En Israel se fue haciendo cada vez más clara la idea de que el Dios eterno fue quien creó todas las cosas dándoles un ser que no tenían. Y lo hizo todo bien. En medio de la creación, puso al hombre haciéndolo a su imagen y semejanza - e. d. con características de consistencia no efímera. “ Dios creó a l hombre p a ra la eternidad ...” C Sb 2 , 23 )- Pero la relación de Dios con la humanidad no fue pací fica: el hombre, libre ante su destino, no se contentó con ser sólo imagen de Dios, quiso ser igual a Él. Y el fruto, supuesto alimento indigerible de tal igualdad, se le atragantó destrozando la pureza inicial de su semejanza divina. Lejos del Dios verdadero y buscando apoyos en su soledad, el hombre se dedicó a crear dioses hechos por sus manos, dioses a su medida para seguir adorándose a sí mis mo. No faltó por parte de Dios la iniciativa de recordar al hombre que Él, Dios, era único e inigualable. Repetidas veces lo hace en el AT, respondiendo a las dos tentaciones humanas siempre recu rrentes: la de equipararse el hombre a Dios, o la equiparar a Dios al hombre. Ante la primera de esas pretensiones, Dios expulsa del paraíso a la primera pareja humana, que quiso hacerse como Dios \Gn 3 , 23 ), abate a los hombres que quieren construirse una torre 582 NAT. GRACIA LVII 3/septiembre-diciembre, 2010, 579-598, ISSN: 0470-3790
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