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EL MISTERIO DEL SOBRENATURAL A LA LUZ DE LA ‘CONTINGENCIA SINCRÓNICA’ pueda ser conocido por todos, aun en la condición presente del gé­ nero humano, de modofácil, confirme certeza y sin mezcla de error alguno ”11. Así pues, no sólo es el mismo el Dios de la revelación (en su mismidad naturalmente inaccesible) y el Dios de la razón (cognosci­ ble naturalmente), sino que este Dios de la razón llega prácticamente a nuestro conocimiento también por medio de la revelación. La razón y la fe como respuesta al problema de Dios nos dejan ante el ‘Otro’, infinito, sólo imperfectamente asequible, pero oscura­ mente fascinados ante su misterio que en la fe tocamos inicialmente como promesa de una plenitud que supera todas nuestras posibili­ dades humanas. Una comparación, siempre deficiente al trasladar lo sensible y humano a lo divino y trascendente, sería la visión inicial de la figura borrosa de un ser humano que sólo se conoce de verdad cuando se ilumine y nos hable. Algo parecido es el hecho de la revelación. Tras la figura borrosa de la filosofía, señal segura de la existencia de Dios ¿por qué es imposible acercarnos a él y descubrir su intimidad? Perci­ bimos que se nos pierde en el misterio como efectivamente ‘Otro’ al que no podemos decir ‘Tú’, mientras no se manifieste hablando. En­ tre tanto, nos separa de Él un abismo naturalmente insondable. Por la fe sabemos que ya nos ha hablado poniéndonos en la dirección de su manifestación plena en la gloria. Pero la teología sigue pre­ guntando el porqué de ese abismo y el modo como Dios hace que lo superemos primero por la fe y finalmente en la visión beatífica. VI. DIFICULTAD ONTOLÓGICO-INTELECTUAL DE UNA UNIÓN ÍNTIMA DEL SER CREADO CON EL SER ABSOLUTO DE DIOS La naturaleza del hombre, desde sí misma, es incapaz de tal unión. Si se da, como Dios lo ha revelado, será de modo sobrenatu­ ral. Expresando el problema de modo plástico, decimos que hay un 11 DH 3005. NAT. GRACIA LVII 3/septiembre-diciembre, 2010, 579-598, ISSN: 0470-3790 591