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BERNARDINO DE ARMELLADA trada la existencia de Dios, aun cuando po r los efectos no podamos llegar a tener un conocimiento exacto de cómo es Él en sí mismo ”8. Pero incluso ese conocimiento razonable de la existencia de Dios como Ser supremo resulta prácticamente muy difícil a la mayo­ ría de los hombres a causa de la situación de pecado que enturbia nuestras facultades espirituales. Lo reconocen los mismos teólogos que afirman la posibilidad, al menos teórica, de las pruebas raciona­ les de la existencia de Dios. Lo afirma Santo Tomás al principio de la Suma Teológica9. Lo mismo reconoce Escoto: “ Ahora naturalmente no concebimos a Dios sino en un concepto común a Él y a las cosas sensibles ... Si se niega este supuesto, todavía hay que decir que el con­ cepto que sepuedeform a r de Dios por las criaturas es imperfecto ”10. Esta deficiencia natural, constatable por la experiencia ordina­ ria, es subsanada por la misma revelación que nos da a conocer las realidades sobrenaturales. Así lo explica el Concilio Vaticano I: “A esta divina revelación hay ciertamente que atribuir que aquello que en las cosas divinas no es de suyo inaccesible a la razón humana, 8 STh I, q. 2, a. 2, ad 3. 9 “Lo que de Diospuede comprender la sola razón humana, también precisa la revelación divina, ya que, con la sola razón humana, la verdad de Dios sena conocida por pocos, después de muchos análisis y con resultados plagados de erro­ res” (STh I, q.l, a. 1, resp.). Lo explica mejor en la Suma contra Gentiles: “Hay un cierto conocimiento de Dios común y confuso, que está en casi todos los hombres..., por­ que el hombre, mediante la razón natural, puede llegar enseguida a algún conocimiento de Dios. Pues viendo los hombres que las cosas naturales se desarrollan según un cierto orden, como no hay ordenación sin ordenador, perciben, muchos, que existe un ordena­ dor de las cosas que vemos. Aunque esta consideración general no dice aún inmediata­ mente quién eseste ordenador, ni cómo es, ni si es uno solo...Yeste conocimiento recibe la mezcla de muchos errores...Todos lo tienen enseguida casi desde el principio. Si alguien carece de este conocimiento de Dios, se muestra máximamente vituperable, porque se califica de máxima estupidez humana la que tan manifiestas señales de Dios nopercibe; como tomaríamospor estúpido, al que viendo a un hombre, no comprendiera que tiene alma. Por eso dice el Salmo (52,1): Dijo el insensato en su corazón: No hay Dios1’ (Tho- mas Aquin, Suma contra los gentiles, III, 38). 10 “... naturaliter nunc non concipimus Deum nisi in conceptu sibi communi et sensibilibus, quod inferius in 1 quaestione distinctionis 3 exponetur. Si etiam negetur istud suppositum, adhuc oportet dicere conceptum qui potest fieri de Deo virtute creaturae esse imperfectum” ( Ord. Prol. n° 48; Vat I 29). 590 NAT. GRACIA LVII 3/septiembre-díciembre, 2010, 579-598, ISSN: 0470-3790

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