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PLATÓN Y LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS DE LA PALABRA planta como una persona pueden ser cultas o cultivadas, lo cual significa que no se abandona ni queda salvaje, sino que busca pro­ ducir un fruto gracias al esfuerzo. Pero si en la agricultura es el ser humano quien desempeña lo fundamental de la actividad (por más que sin agua y sol no habría planta ni fruto), el cultivarse intelec­ tualmente no es tan recíproco como reflexivo, ya que parece tarea individual el hacer germinar las semillas que, gracias a individuos o medios tecnológicos, se han plantado en nosotros. Por otra parte, si Epicuro se refería abiertamente a la amistad, a la philía , como elemento decisivo en esa búsqueda de la felicidad que es la vida humana, Platón, especialmente en el Fedro , está seña­ lando claramente que sólo una relación interpersonal, y no ninguna tecnología, es capaz de generar adecuadamente ese estímulo que nos impulse a esa búsqueda del conocimiento que es la filosofía, fundamento también para él de la más alta felicidad65. Cierto es que una lectura puede servir de motivación para adentrarnos en algún ámbito de conocimiento y que la búsqueda de información en la red puede abrir nuevas perspectivas y generar el asombro y la curiosidad que, como dijo Aristóteles66, constituyen el origen de toda filosofía, pues quien se asombra reconoce que no sabe y sólo éste es capaz de aprender. Sin embargo, la atención de un maestro a las circuns­ tancias, a las cualidades y necesidades del alumno o discípulo puede hacer germinar esa semilla que la curiosidad plantó. Los libros de texto, como cualquier otra avanzada herramienta estarán ya siempre a nuestra disposición, aportando una información que de otro modo se perdería necesariamente. Sin embargo, nos está diciendo Platón, la educación y el aprendizaje nunca podrán entenderse adecuada­ mente sin la presencia de un guía que atienda a las diferentes almas y las cambiantes circunstancias, que asigne a cada uno la tarea más adecuada; que, en definitiva, sepa estimular y conozca lo que es necesario para que cada uno, gracias al esfuerzo personal, pueda 65 En este aspecto incide más que nadie Martha Nussbaum, quien además dedica al análisis del Fedro un buen número de páginas: M. NUSSBAUM, Lafragili­ dad del bien , Madrid, Visor, 2004, 269-308. 66 ARISTÓTELES, Metafísica , 982b. NAT. GRACIA LVII 3/septiembre-diciembre, 2010, 537-578, ISSN: 0470-3790 577

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