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IGNACIO GARCÍA PEÑA el tiempo, el lenguaje que se escucha, que se dirige al oído, en con sonancia con la poderosa tradición musical griega, frente a la palabra plasmada en el espacio, la que se ve y se lee3; distinción que será fundamental para comprender la profunda transformación social y cultural que analizaremos de aquí en adelante. Como decimos, para comprender la sociedad en la que a Platón le tocó vivir, la cambiante y turbulenta Atenas de su tiempo, hemos de remontarnos algunos años atrás, hasta el período que transcurre entre las primeras poesías épicas conservadas y ese siglo de Pericles en el que la ciudad alcanzó su esplendor económico e intelectual. En esa época hay un nombre que destaca por encima de todos por su incomparable influencia, pues como destaca Jenófanes, “desde la antigüedad todos han aprendido en Homero” Aunque son también importantes las narraciones de Hesíodo, especialmente por cuanto concierne a la genealogía de los dioses, no cabe duda de que la épica homérica es, durante al menos dos cientos o trescientos años, la base espiritual de los griegos. Como tantas veces se ha dicho, es difícil que el lector contemporáneo pue da comprender la verdadera influencia de este rapsoda, el alcan ce de las palabras de Jenófanes quien, más allá de la censura del antropomorfismo y el comportamiento de las divinidades, nos da noticia de un fenómeno que probablemente no podrá repetirse en la historia occidental. Y es mérito de Milman Parry, y en parte también de Havelock, el haber puesto de manifiesto el origen y naturaleza de los poemas homéricos, ya que de su posterior influencia posee mos muchos testimonios, entre los cuales, sin duda, destacan los del propio Platón. 3 W. J. ONG, Oralidad y escritura: tecnologías de la palabra , Madrid, F. C. E., 1999, 15-24. 4 JENÓFANES, DK 21 B 10. Acerca de la importancia y la obra de este poeta pueden verse: G. S. KIRK, Los poemas de Homero, Barcelona, Paidós, 1985; A. ORTEGA, Introducción a Homero, primer poeta de Europa , Caracas, Academia Nacional de la Historia, 1995. 5 4 0 NAT. GRACIA LVII 3/septiembre-diciembre, 2010, 537-578,ISSN: 0470-3790
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