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IGNACIO GARCÍA PEÑA más agudo de sus críticos, corrigiendo afirmaciones y postulados de obras anteriores. Así, el filósofo ateniense toma decididamente el camino crítico, de la crisis. Esto, en contra del empleo vulgar del término, no sig­ nifica un rechazo, un ataque, sino una separación, una distinción. Etimológicamente, por lo tanto, la crisis no es un momento difícil o de escasez, sino un proceso que discrimina. Incluso en el dicciona­ rio se define como «juicio que se hace de algo después de haberlo examinado cuidadosamente». Por eso, en un mundo inundado por el exceso de información, ninguna salida resulta más beneficiosa que la de ser crítico y escéptico, buscando y distinguiendo lo válido de lo superfluo y renunciando a poseer la verdad de manera definitiva, al tiempo que a desistir de su búsqueda. Y así, 1La crítica platónica de la escritura no debe ser interpretada como la expresión de una voluntad regresiva, sino como una compro­ bación lúcida que reconoce los límites de un medio de comunicación considerado en lo sucesivo como inevitable, tanto para el orador como para elfilósofo ”61 6. CONCLUSIÓN El aprendizaje, la educación, la transmisión o adquisición del conocimiento (que los griegos designaban con los significativos tér­ minos |iá0riGi<;, na i8eía y 8i8axr|), tal como señalamos ya al inicio del trabajo, constituye hoy un tema de debate y de especial relevancia, del mismo modo que en la Atenas de Platón y en aquellos siglos en que la escritura nació y se impuso como tecnología de la comu­ nicación. Tanto ese invento que el filósofo atribuye míticamente al benefactor dios egipcio Theuth, como las desarrolladas tecnologías de las que disfrutamos en nuestros días, contribuyen de un modo antes inimaginable al aumento de la información, a su almacena- 6l L. BRISSON, Presupuestos y consecuencias de una interpretación esoterista de Platón en Méthexis 6 (1993) 19. 574 NAT. GRACIA LVII 3/septiembre-diciembre, 2010, 537-578,ISSN: 0470-3790

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