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PLATÓN Y LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS DE LA PALABRA los rincones de su obra y que atestigua de un modo incomparable la fundación de la Academia. De ella y de su actividad, por desgracia, no tenemos más que vagas y confusas noticias, que dan pie a poco más que elucubraciones sin base sólida. No sabemos si se discutían los textos del maestro, si todos hablaban de igual a igual o era el propio Platón el que impartía largas lecciones magistrales, aunque parece que se organizaban algo así como cursos o seminarios en los que los discípulos participaban activamente46. Sin embargo, nos queda algo que probablemente sea mucho más valioso que todo esto: los propios escritos platónicos. En ellos, sin duda, el autor quiso honrar la memoria de Sócrates, cuya influencia nunca será su ficientemente destacada. Pero, al mismo tiempo, el escrito pretende ser la mejor imitación de ese pensamiento vivo, de ese camino y de ese dialogar en el camino que es la filosofía. Nadie puede dudar de que si Platón hubiese deseado componer tratados o ensayos habrían quedado igualmente como cimas de la filosofía y la literatura occi dental, ya que su capacidad artística no puede ponerse en duda. No obstante, se apartó deliberadamente de ese proceder, pues lo que él aprendió de su maestro quiso transmitirlo igualmente a sus discípu los: que la filosofía, que no es otra cosa que el deseo de conocer y aprender, tiene mucho más de método que de contenido; que no se trata de aportar unos conocimientos acabados e inmutables, sino de emprender conjuntamente una búsqueda que nunca termina. Y esto nada puede conseguirlo de mejor modo que un diálogo, un contac to directo entre maestro y discípulo. En las obras de Platón vemos al sabio, a Sócrates, como alguien que no pretende serlo, como un experto en preguntar más que en responder, consiguiendo así dirigir al discípulo, encaminarlo en la dirección adecuada. Los sofistas se consideraban maestros de la virtud, capaces de infundir el saber a quienes acudían a ellos, de manera que los pensadores relativistas de la antigua Grecia aparecen ahora como dogmáticos en compa- 46 Sobre esta temática versa el conocido estudio: H. CHERNISS, The riddle of early Academy, Berkeley and Los Angeles, University of California Press, 1945, cuyo autor se ha erigido como máximo representante de quienes opinan que la filosofía de Platón puede desentrañarse a través de sus obras y que no fue reservada para la trasmisión oral y privada, a semejanza de la secta pitagórica. NAT. GRACIA LV1I 3/septiembre-diciembre, 2010, 537-578, ISSN: 0470-3790 565
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