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PLATÓN Y LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS DE LA PALABRA tratar, al haberse convertido, en vez de sabios, en hombres con lapre sunción de serlo ”30. Poseer un texto escrito, o igualmente poder acceder a cualquier información a través de Internet, no otorga ningún tipo de sabidu ría, ni aumenta en ningún sentido nuestras capacidades. Constituyen valiosos medios para el aprendizaje pero, si observamos con dete nimiento, la queja de Platón tiene que ver con la exterioridad de la escritura, pues la lectura, por más que se pronuncien las más bellas y sabias palabras, no aporta inmediatamente conocimiento, ya que éste se ha de rescatar de la memoria y la inteligencia propia, del in terior. Por el contrario, hoy resulta extremadamente fácil hacer pasar por propio lo ajeno, como los clientes de Lisias o los miembros de la Asamblea de Atenas. La ingente cantidad de páginas web dedica das a cualquier asunto imaginable nos impide saber si un trabajo es original o plagiado; y el propio lector de estas líneas podría albergar ciertas dudas, pues no hay forma de comprobar, según el vocabula rio platónico, su interioridad o exterioridad, es decir, si proceden de la mente de quien las firma o si no son más que palabras copiadas con las cuales se pretende engañar a sus destinatarios en busca de algún provecho personal. Volviendo a la Grecia clásica, hemos de señalar que las prácticas habituales de la antigua Atenas resultan ser radicalmente opuestas a los métodos de Sócrates y Platón, que parecen fusionarse en el Menón, aunque quizá debería decirse que el discípulo incorpora y amplía el procedimiento del maestro. En aquel diálogo se exponen, o más bien se ponen en práctica, tanto la mayéutica socrática como la anámnesis platónica cuando, gracias a las sagaces preguntas de su interlocutor, un esclavo es capaz de resolver ciertos problemas ma temáticos que creía desconocer por completo. Por un lado, resulta evidente para Platón que este hecho implica un conocimiento previo que el diálogo ha conseguido hacer emerger y que, por lo tanto, co nocer es recordar, es rescatar el saber inscrito, aunque olvidado, en ese libro, esa tablilla de cera que compone nuestra memoria según 30 PLATÓN, Fedro, 275a-b. NAT. GRACIA LVII 3/septiembre-diciembre, 2010, 537-578, ISSN: 0470-3790 555
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