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APORTACIÓN DE SAN BUENAVENTURA A UNA “FILOSOFÍA MEDIEVAL... la analizamos desde la perspectiva de la ilustración ingenua, pero si no, al contrario, podemos ver en ella la potencialidad de un espíritu especulativo de una vigorosidad actual indiscutible. Aunque es justo reconocer que la cita está preñada de razón, sobre todo, si entende­ mos en ella que la obra del Seráfico es medieval en toda su carga y con todas sus virtudes y sus formas: es decir, no puede ser raciona­ lista, aunque quepa un análisis desde la racionalidad. No podemos pretender ver en ella posiciones analíticas o fenomenológicas. Por mucho que estas posiciones nos puedan ayudar como método de abordaje, de modo que sus resultados aparezcan en su universali­ dad... (y al mismo tiempo en la medida en que ambas metodologías o escuelas de pensamiento, siendo universales, se aproximen a san Buenaventura) no deja de ser la obra de un buscador de Dios. Pero esa búsqueda no es sólo espiritual, siendo ese el ánimo más elevado, sino la de un hombre todo él, con todos sus matices y su amplitud antropológica: sensitiva, intelectiva, espiritual, mirada sensual, pro­ fundidad especulativo-metafísica, orientación teológico-espiritual... El Prólogo comienza (n. 1) con una secuencia de nombres para designar a Dios que, creemos, no es casual, o al menos llama la aten­ ción. Se empieza invocando al primum principium, que es el Pater luminum, es decir Pater aeternus. La secuencia nos recuerda hacia donde caminamos en términos de especulación. No sólo nos encon­ tramos con una designación teológica, bajo el nombre de “Padre”, sino desde un punto de vista filosófico que es metafísico (de donde se parte, o a donde se va, según se mire) que es el “primer principio” (explicado en términos filosóficos y presentado en el texto latino en minúsculas) y que es origen de conocimiento, pues en él descansa la Verdad (aquí ya aparece “Padre” en mayúsculas). El itinerario es un camino filosófico y teológico (y espiritual, pues no se trata sólo de buscar a Dios, sino al Padre). Situándonos en esta vía de búsqueda del Padre eterno como guía de la sabiduría humana, san Buenaven­ tura nos indica que existe una realidad doble a la que el hombre se va a enfrentar, si quiere trascender hacia su fuente y que implicará, a su vez, una doble vía de conocimiento en este itinerario que vamos a iniciar. Esta doble realidad viene designada en la frase: “omne datum NAT. GRACIA LVII 3/septiembre-diciembre, 2010, 499-534, ISSN: 0470-3790 507

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