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MANUEL LÁZARO PULIDO en una búsqueda indirecta y reflexiva que permite realizar una ac tividad mental y una filosofía de la misma de gran exigencia, pues el hombre no recibe una iluminación, como hemos dicho, directa mente perceptible en toda su plenitud aunque sí una certeza, por lo que le exige 1proyectar sobre estos actos de lasfacultades una luz apta para manifestar lo que escapa a la observación directa, a la conciencia ”19. San Buenaventura termina el Prólogo (n. 4) recordán donos la importancia de la afección en el recorrido que la mente ha de realizar como lugar propio de la cointuición, como el “plus” que va a proponer para sobrepasar (exceder) el conocimiento nacido de la abstracción del “datum”. La afirmación de que upoco o nada sirve el espejo puesto delante al exterior, si el espejo de nuestra alma (speculum mentis) no se hallare terso y pulido”20, nos pone en guar dia de los límites de un estudio de la filosofía natural que olvide la mirada atenta de la tradición anterior, matizada eso sí como hemos visto, pero válida y exigente a la mente. La teología de la imagen y la iluminación, que son fundamentales para san Buenaventura, han de tener en cuenta las propias facultades humanas, de la que la filosofía aristotélica habla con propiedad profundizando la antropología co nocida, pero no agotándola. De ahí que una filosofía de la naturaleza y de las capacidades racionales de las facultades, en especial de la inteligencia de la sensibilidad, sea importante, pero insuficiente. Por eso se nos pide una mente “tersa y pulida”. Pero, en la contingencia humana, la conciencia es realmente exigida: se sitúa así en un cami no intermedio entre el iluminismo epistemológico y el psicologismo agustiniano y la epistemología abstractiva aristotélica y el intelectua- lismo metodológico de su filosofía natural. El Itinerarium va a desarrollar filosóficamente estas ideas. De esta forma, adquiere todo su sentido utilizar la palabra “itinerario” como un camino escalonado, grados llamará más tarde, o vía, según 19 L. c.\ “projecter sur ces actes des facultés une lumière apte à manifestar ce qui échappe a l ’observation directe, à la conscience ”. 20 Itin ., prol., n. 4 (V, 296b): Uparum aut nihil est speculum exterius proposi- tum, nisi speculum mentis nostrae tersumfuerit etpolitum ”. 516 NAT. GRACIA LVII 3/septiembre-diciembre, 2010, 499-534, ISSN: 0470-3790
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