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MANUEL LÁZARO PULIDO intuitiva. El esquema propuesto a partir de un recorrido de la mente humana parte de un fundamento no epistemológico y concluye en la superación de la epistemología. Y, por otra parte, parece decirnos que esa realidad a la que la idea apun­ ta tiene origen en una experiencia fundante histórica (religio­ sa) en la que dicha realidad (. datum ) se da como percibida existencialmente en sí C donum ). Una experiencia fenomeno­ logica que, cuando racionaliza, lo hace ya en coordenadas existenciales y fácticas. Aquí la mente racionalmente escruta­ rá en el contexto su significado. San Buenaventura combina una hermenéutica racional y simbólica, como medida eficaz de realizar una teoría del lenguaje natural. No una teoría del signo lingüístico, sino de la significación que el hombre realiza a la lectura de los seres que se muestran, en especial el hombre como imagen, para, definitivamente, adentrarse así más allá de la abstracción a recapacitar en el contenido de la realidad, en los fundamentos de la idea, en la fuente de aquella experiencia originante, inmediata, que ilumina el camino y lleva a la consideración de la auténtica realidad: la que es base del “misterio”. 4) La entrada “recta” es por el Crucificado, es decir, sólo se obtiene sabiduría en la penetración del misterio (que ha fun­ dado la iluminación), y no “por otra puerta”. La primera sig­ nificación ya la hemos señalado anteriormente: es preciso un intermediario, un medium , paradigma de realidad dada y ad­ quirida. Pero, también, se puede leer de otra forma, que no tiene porque ser “otra lectura”. Parece que la ciencia teológi­ ca entendida desde una metodología basada en la dialéctica y un estudio de la naturaleza sólo desde la filosofía natural, están en la mente del Seráfico. Y, desde esa perspectiva, es como si estuviera diciendo que la nueva metafísica, la nueva filosofía del conocimiento humano (hecha paradigma en la ciencia aristotélica) necesita mantener una estructura básica de la realidad. Y esta estructura, ya lo hemos visto, es expre­ sada en términos de origen platónico, y una formulación en la que se mantiene una la causalidad, que es la ejemplar. En 512 NAT. GRACIA LVII 3/septiembre-diciembre, 2010, 499-534, ISSN: 0470-3790

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