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MANUEL LÁZARO PULIDO Ahora bien, ¿cómo sobrepasamos el sensum ? Aquí creo que la re flexión sobre la mente nos puede ayudar. El resto del Prólogo continúa indicando el camino que el Será fico quiere recorrer. En el n. 2 recurre, desde un apunte biográfico, a san Francisco, quien es siempre fuente de inspiración. Como en todo lo que vamos exponiendo, varias apreciaciones vienen a la cabeza de tipo teológico, místico, franciscano... Nosotros apunta mos hacia lo filosófico. Nos llama la atención que san Buenaventura reflexiona en este itinerario especulativo a partir de la experien cia mística de san Francisco y la actitud de contemplación. Esto es lo que va a narrarnos a continuación. Y es que efectivamente, san Francisco, aquel que se llamaba asimismo iletrado, representa para san Buenaventura el modelo del auténtico buscador de la sabiduría, pues encarna la actitud del hombre que usa la mente iluminada y que es capaz de excederse hacia el conocimiento extático. Así lo reconoce en el número siguiente (3). Este camino se realiza de for ma escalonada “ seis ilum inaciones esca lon ad as qu e em p iezan en las criaturas y llevan hasta Dios, en qu ien n ad ie entra rectam ente sino es p o r el C rucificado”12. Lo primero que nos viene a la cabeza es el dinamismo metafísico de Uexitus”-“reditus” como telón de fondo del esquema metafísico del Itinerarium. Ese diseño no se puede obviar porque es la clave en la que interpretar el opúsculo bonaventuriano. Y eso no es un lastre frente a una ontología de naturaleza lógica; al contrario, en san Buenaventura alcanza una cota de significación que traspasa los esquemas meramente neoplatónicos, toda vez que son enriquecidos con una serie de elementos teológicos, espirituales y filosóficos (racionales-simbólicos), que ajustan y sitúan el esquema en su justa medida: como estructura o armazón en una metafísica que tenga en cuenta la causa ejemplar, la idea como ejemplar. Pero siendo este un elemento en el que sabemos que san Buenaventura es maestro de la tradición que lo precede, muestra en la inclusión de otros elementos, una pericia y una modernidad en sus plantea- 12 Ib., n. 2 (V, 295b): “Effigies igitur sex alarum seraphicum insinuat sex illuminationes scalares, quae a creaturas incipiunt etperducunt usque ad Deum, ad quem nemo intrat recte riisiper Crucifixum”. 510 NAT. GRACIA LVII 3/septiembre-diciembre, 2010, 499-534, ISSN: 0470-3790
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