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EL CORDERO SOBRE EL MONTE SIÓN (AP 14, 1-5) a Jesús, consiste en estar dispuesto a compartir su destino, como creemos que indica nuestro pasaje del Apocalipsis (Ap 14, 4-5)92. El seguimiento de Cristo en el libro del Apocalipsis aparece como el seguimiento descrito en los evangelios llamados sinópticos. El autor de nuestro libro lo retoma y la hace suyo, recreándolo y condensándolo con el sentido agudo de Cristo que es una de las características más bellas93. Creemos que la identidad de los seguidores del Cordero que permanecen de pie, con Él, sobre el monte Sión, es una de las características del seguimiento y del discipulado, en el cristianismo primitivo. Ahora, nos cabe explicitar sus significados. Una de las cualidades inherentes en los seguidores de Cristo-Cordero, es la virginidad. Esta peculiaridad tenía una impronta en la comunidad cristiana, como enseguida veremos. Otra de las realidades de los ciento cuarenta y cuatro mil es el seguimiento de Cristo. El mismo Cristo y sus seguidores están unidos en la realidad creada y mani­ festada por el Maestro. También el autor del nuestro libro concede una gran importancia a los que siguen al Cordero, porque todos ellos constituyen la primicia, para Dios y para el Cordero. Es más, la actitud sapiencial de los seguidores, es la verdad, por eso, son los intachables. Las características de la Iglesia en el primitivo cristianismo en cuanto a lo a que sus miembros se refieren, estas descritas en nuestro pasaje de una manera peculiar. Se trata de definir en qué consistía para el autor de aquella hora, resaltar las cualidades del seguimiento al Cordero. La Iglesia es una realidad no solamente terrena, sino es también una realidad celeste definitiva y su irra­ diación actual en la historia de la humanidad. Se trata de todo el tiempo de la Iglesia, la fraternidad cristiana, preservada y acosada a la vez, triunfante con el Cordero victorioso, pero combatida con acritud por el Dragón derrocado. La Iglesia es la Esposa que se dis- 92 AA. W ., Seguimiento , en: L. COENEN Y OTROS (eds.), Diccionario Teoló­ gico del Nuevo Testamento, Salamanca, Sígueme, 1999 , 616 - 626 . 93 U. VANNI, Questi seguono / ’ Agnello dovunque vada, en PspVit 2 ( 1979 ) 171 . NAT. GRACIA LV1I 3/septiembre-diciembre, 2010, 443-498, ISSN: 0470-3790 479

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