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EL CORDERO SOBRE EL MONTE SIÓN (AP 14, 1-5) Los ciento cuarenta y cuatro mil, creemos que se refieren como el mismo libro nos describe a los llamados, los elegidos, los fieles, aquellos que luchan con el Cordero contra el mal del mundo62. San Juan en este pasaje (Ap 14, 1), anticipa a los lectores, lo que suce­ derá más tarde (Ap 17, 14). Nos referimos a los llamados por Dios, los elegidos, por su pertenencia bautismal, y los fieles, por su fide­ lidad a Cristo en la misma Iglesia. Ellos son miembros cualificados por la confirmación de su fe en Cristo. Ellos, en virtud del Espíritu, se constituyen en el nuevo pueblo de Dios, nacido de la sangre redentora del Cordero. Así la Iglesia representada en estos ciento cuarenta y cuatro mil es una comunidad de rescatados63. Los ciento cuarenta y cuatro mil son la imagen y el recurso que San Juan usa por derás, para hablar de la Iglesia que Cristo ha fundado. El procedimiento usado se plenifica en estos cuarenta y cuatro mil que ahora son el Nuevo pueblo de Dios que tiene escrito sobre sus frentes su nombre y el nombre de su Padre, poseen al Espíritu Santo, ante una Iglesia consagrada por el bautismo. El cumplimiento eclesiológico, unido al cumplimiento cristológico, es evidente64. No hablamos de la técnica usada por San Juan, porque la expresión ciento cuarenta y cuatro mil no aparece de manera explí­ cita en el Antiguo Testamento; solamente en algunos lugares de la literatura apócrifa citados anteriormente65. “T eniendo escrito sobre sus frentes , su nombre y el nombre d e su P a d r e ” Nuestro pasaje describe al conjunto de los redimidos como aquellos que han sido ungidos para la vida, es decir, los cristianos. La identidad cristiana consiste en llevar un nombre en la frente. 62 L. CERFAUX - J. CAMBIER, El Apocalipsis de San Juan leído a los cristia­ nos , Madrid, Fax,1972. 150-152. 63 M. E. BORING, Apocalisse, Torino, Caldiana, 2008, 201. 64 D. MUÑOZ LEÓN, Derás. Los caminos..., 462. 65 Ver página 16. En uno de los pasajes ( 4 Esd 2, 42-47), se habla de una muchedumbre inmensa, pero no de los ciento cuarenta y cuatro mil, como en nues­ tro pasaje. NAT. GRACIA LVII 3/septiembre-diciembre, 2010, 443-498, ISSN: 0470-3790 469

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