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ANTONIO LLAMAS en la Nueva Alianza, Cristo es la presencia de Dios en el gran templo del mundo. Podríamos decir que el autor del Apocalipsis relee el Antiguo Testamento a la luz del Nuevo, pero entendiendo con esto último, no tanto los escritos con los cuales aparece en contacto, sino con un contexto vivo. Para el Apocalipsis, el Nuevo Testamento es, sobre todo, la experiencia de una comunidad que lo vive50. La técnica es la llamada haruzim o rosario de textos que, recrea­ dos por el apocalíptico, manifiestan de manera viva, la realidad eclesiológica. Esta técnica consiste en engarzar una serie de pasajes veterotestamentarios en torno a un tema determinado51. Se llama así porque hay una palabra, Sión, que aglutina los diversos lugares del Antiguo Testamento y el texto neotestamentario correspondiente52. El recurso usado ha sido contemplar a Sión como una realidad nueva, no geográfica, sino universal. La Nueva Sión es una forma de men­ cionar la Iglesia, configurada por los ciento cuarenta y cuatro mil. El procedimiento del autor de nuestro libro ha consistido en dar plenitud al misterio de Cristo, para ello se ha servido del simbo­ lismo de las visiones apocalípticas. En las visiones del Apocalipsis, sobresale la visión del Cordero sobre el monte Sión. Esta visión, de una parte, subraya el aspecto cristológico que se realiza en Cristo, como la última Palabra de Dios, y de otra parte, la realidad ecle- sial, de la que Cristo es cabeza y la manifestación completa de su cuerpo, formado por toda clase de personas. Este procedimiento ha sido realizado por el autor desde una percepción visiva, con un subrayado netamente teológico, donde se manifiesta todo el queha­ cer de Cristo, Cordero. Cristo tiene la Resurrección, simbolizada en nuestro texto, por la posición del Cordero en pie, y además, el mismo Cordero se encuentra en el monte Sión, y le cabe, por parte de Dios Padre, la tarea y el proyecto divino. Porque Cristo-Cordero tiene la capacidad 50 U. VANNI, Lectura del Apocalipsis..., 401. 51 F. MANNS, Una aproximación judía al Nuevo Testamento , en Teología Espiritual 41(1997) 338. 52 A. DEL AGUA PÉREZ, El método midrásico y la exégesis del Nuevo Testa­ mento, Valencia, Biblioteca Midrásica 4, 1985, 74. 464 NAT. GRACIA LVII 3/septiembre-diciembre, 2010, 443-498, ISSN: 0470-3790

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