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EL CORDERO SOBRE EL MONTE SIÓN (AP 14, 1-5) cuestión es que no sabemos dónde está localizada esta escena, si en la tierra o en el cielo47. La Iglesia, como presencia divina, vive en el cielo, donde está el trono y en el santuario, entre los hombres. Ellos dejan entender una vez más, como la Shekinah representa la presencia divina que tiene por objeto la cercanía con Israel, el acto de su habitar con él por doquier, sea en la condición que se encuentre. Su fin es la proximidad del pueblo al que pertenece. En la perspectiva del Apo­ calipsis, Jerusalén es la morada de Dios y la comunidad humana en reciprocidad con él y, lo es, porque en ella existe el templo viviente, constituido por la unión de Dios y el Cordero que la plenifica y la fecunda. Pudiendo contener en su totalidad la presencia de Dios y del Cordero. Ella acoge a la totalidad de los pueblos y todos perte­ necen a ellos48. El recurso usado por el autor ha sido el método derásico, en el interior del acercamiento canónico. Sabemos cómo el derás es el recurso a la Escritura49, y se inserta en un campo más extenso denominado derás neotestamentario y de manera más singular, en el denominado derás cristológico. El Nuevo Testamento atribuye a Jesús, por derás, algunos títulos, atributos y prerrogativas divinas aplicadas a Dios en el Antiguo Testamento. Si la presencia de Dios estaba en el templo de Sión, es decir, Jerusalén, y ese lugar evoca ese contexto veterotestamentario, ahora en la nueva realidad, es decir, 47 I. BOXALL, The Revelation of SaintJohn , London, Hendrickson Publishers, 2006 , 200 . 48 O. PISANO, La Gerusalemme nuova e la Shekinah..., 200. 49 El verbo drs significa explicar o interpretar la Biblia, en sentido general o particular, y de manera análoga el término midrás es la exposición o investigación de la Escritura en general o de un pasaje en particular. El derás recoge la génesis, es decir, el sentido primitivo del término midrás, que es la actividad propia del judaismo, definido por R. BLOCH, Midrash: DBS 5 (París 1957) 1263-1281, como “el estudio atento de un pasaje escriturístico, y no como el resultado de dicha actimdad”. A. DÍEZ MACHO, Derás y exégesis , en Sefarad 35 (1975) 37 evita el equívoco y pro­ pone denominar a la exégesis judía antigua derás, así se evita la confusión y el mal empleo que se ha hecho del término midrás, como sinónimo de “fábula” ó ‘Tabula­ ción legendaria”. NAT. GRACIA LVII 3/septiembre-diciembre, 2010, 443-498, ISSN: 0470-3790 463

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