PS_NyG_2010v057n003p0443_0497

EL CORDERO SOBRE EL MONTE SIÓN (AP 14, 1-5) El apocalíptico muestra de esta forma a Cristo, en su estar de p ie , como Aquel que en virtud de su propia gloria, la de la Resurrección, es ahora, el Señor, para todos los que creen en Él. Es posible que San Juan se haya inspirado para describir de manera figurada la resurrección de Cristo, en algunos lugares del Antiguo Testamento a los que hemos aludido más arriba, donde se habla de estar de p ie, levantarse, de la vida, de Dios vivo. Y de esa manera, fundamentándose en el significado de dicho verbo y mediante la técnica judía de gezerah shawah , es decir, la recurren­ cia a lugares paralelos del Antiguo Testamento, muestra la vida del Cordero, como alguien que está vivo, esto es, resucitado. Ése es el verdadero significado de estar de p ie , con referencia a Cristo, Cordero. Así, San Juan hace una relectura de algunos lugares del Antiguo Testamento y ello constituye un acerbo importante en el interior del Nuevo Testamento. El recurso es realizado mediante el derás, sobre todo, porque era la forma más normal de narrar en aquella hora del primitivo cristianismo, con objeto de conceder a un pasaje el sentido profundo que tenía. Aunque para ello hubiese de investigar, estudiar, con el fin de hallar el sentido auténtico39. El procedimiento usado por San Juan contiene algunos ele­ mentos importantes, a saber: Primero , conviene indicar el contexto pertinente para la interpretación. San Juan muestra al protagonista de la escena, al Cordero, al que concede una serie de prerrogativas importantes, estar de pie sobre el monte Sión, acompañado de los cientos cuarenta y cuatro mil, que tienen sobre sus frentes el nom­ bre del Cordero y el nombre de su Padre, los rescatados, los que son vírgenes, porque no se mancharon, los que siguen al Cordero donde quiera que vaya, porque son intachables. Segundo , hemos de dar el significado de los caracteres del Cordero y contemplar en el interior de la escena, las relaciones e interrelaciones que tiene con aquellos que le siguen. Tercero, hemos de entrever toda esta escena en el conjunto del libro del Apocalipsis y en el mismo Espíritu en que fue escrita. 39 A. LLAMAS, El triunfo del Cordero , en Naturaleza y Gracia 56 (2009) 441. NAT. GRACIA LVII 3/septiembre-diciembre, 2010, 443-498, ISSN: 0470-3790 459

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz