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COGNICIÓN Y FELICIDAD EN EL ENVEJECIMIENTO al paso de los años y en ningún caso a la presencia de alguna pato­ logía concreta. El segundo se corresponde con aspectos médicos del desarrollo humano y con enfermedades crónicas (Muñoz, 200; Mon­ tañés y Latorre, 2004). Si utilizáramos otra clasificación, podríamos hablar de envejeci­ miento primario y secundario. Por primario se entiende la presencia de cambios físicos universales e inevitables, fruto del proceso de en­ vejecimiento normal. El secundario hace referencia al deterioro cor­ poral que sufren las personas mayores por las agresiones de factores externos, perfectamente evitables, como prestar atención al cuidado de la salud (Belsky, 2001; Stuart, 2002; Triado y Villar, 2006). Existe otro tipo de envejecimiento denominado Óptimo y que se presenta en un reducido número de personas mayores. Su caracterís­ tica más importante radica en la escasa presencia de las alteraciones normales y propiciadas por la edad en las personas mayores. Este proceso de envejecimiento es el menos común de los presentados, puesto que lo normal es que los mayores sufran las consecuencias directas del paso de los años (Vega y Bueno, 2000). Con todos los planteamientos presentados hasta el momento, surge un nuevo concepto denominado “Envejecimiento satisfacto­ rio”, que contradice los estereotipos tradicionales asociados con los mayores y la vejez. Este tipo de envejecimiento se asienta sobre un elevado número de aspectos positivos que faciliten a las personas ma­ yores un buen envejecer. Se trata, básicamente, de establecer los di­ ferentes factores que producen éxito y evitar, de esta manera, que las personas mayores se dirijan, indefectiblemente, a un envejecimiento patológico. Hay que tener en cuenta que un buen envejecer no se inicia a partir de los 60 años. Mucho antes, se deben establecer las bases con- ductuales saludables y un estilo de vida que permita a las personas mayores equilibrar cuerpo y mente (Schaie, 2003). Es, por tanto, una necesidad que los mayores procuren mantenerse tanto física como mentalmente activos. Sólo estos planteamientos favorecerán la pro- NAT. GRACIA LVII 2/mayo-agosto, 2010, 365-397, ISSN: 0470-3790 369

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