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COGNICIÓN Y FELICIDAD EN EL ENVEJECIMIENTO que los niños están mucho más dispuestos a reírse que los adultos, un pequeño se ríe un promedio de 300 veces al día, mientras que un adulto lo hace entre quince y cien. Por tanto, el humor y la risa se tor­ nan como imprescindibles para conseguir un buen nivel de bienestar físico y psicológico. Otro de los conceptos que vamos a presentar es el de relajación. El concepto de relajación se define como un estado físico en donde los músculos se encuentran en reposo, un estado de conciencia de la cal­ ma y ausencia de tensión o estrés. Así, la relajación sería un estado de satisfacción tanto física como psicológica, donde el gasto energético y metabolico se reduce considerablemente. En este estado, se genera una sensación de bienestar general, mantiene los sentidos tranquilos y sosegados, disminuye el ritmo cardíaco y la frecuencia respiratoria y, adicionalmente, se experimenta una calma o dicha interior, pro­ gresivamente, en la medida que se profundiza en el estado. El estado natural del ser humano, cuando no siente dolor y sus necesidades bá­ sicas están cubiertas, es el de la relajación; prueba de ello es observar durante un rato a un recién nacido que está sano, alimentado, limpio y con una temperatura ambiental adecuada y ver el estado apacible en que se encuentra. Pero ese estado, por desgracia, no suele ser el habitual a medida que vamos creciendo. Una manera muy común que tienen los individuos de evitar ponerse en contacto con las emociones es tensar, inconscientemente, los músculos. Se van formando zonas corporales que hacen las veces de coraza. Dedicar unos minutos a la relajación diaria es de suma importancia para mantener la salud física, mental y emocional. La relajación es muy necesaria para aquellas personas que viven en constantes situaciones de estrés y tensión que, muchas veces, ha­ cen que se pierda el control. La falta de relajación puede traer consigo repercusiones a nivel fisiológico, emotivo, cognitivo y conductual. Por el lado fisiológico, se aumenta la adrenalina y, asimismo, la frecuencia cardiaca, la respiración, la presión sanguínea, el colesterol, la glucosa y la tensión muscular. Respecto a lo emocional, se producen fuertes estados de angustia, agresividad, cansancio, depresión, entre muchas otras sensaciones más. A nivel cognitivo, trae consigo obstáculos en NAT. GRACIA LVII 2/mayo-agosto, 2010, 365-397, ISSN: 0470-3790 389

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