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PAZ FRANCO MÓDENES Ya se ha comentado que las condiciones en cada proceso de en­ vejecimiento eran diferentes, que estaban relacionadas con el estilo de vida u otra serie de variables y que no afectaban a todas las perso­ nas mayores por igual (Díaz, Martín y Peratia, 2006). En este momen­ to, debemos retomar este articulado para poder explicar los cambios tanto ejecutivos como atencionales propios de las personas mayores. En este sentido, estos cambios que se producen en la ejecución psi- comotora presentan una gran variabilidad, resultando difícil distinguir si esos cambios fisiológicos son solamente consecuencia directa del paso del tiempo, si son debidos a la menor realización de actividad física (esto conlleva una atrofia progresiva de la movilidad de los mús­ culos y las articulaciones), si son consecuencia de reducir las expecta­ tivas sociales, si conllevan una menor motivación o si son debidas al padecimiento de algún tipo de enfermedad (Corso, 1987). Así, uno de los factores determinantes en el proceso de envejecimiento es la dis­ minución de la actividad física. Con el paso de los años, las personas se vuelven más sedentarias, perdiendo, como consecuencia de esto, un elevado número de capacidades y habilidades físicas, relacionadas con tareas que implican motricidad, coordinación, fuerza y resistencia (Requena y Zubiaur, 2007). Existen estudios que establecen que la capacidad de los indivi­ duos para conseguir nuevos aprendizajes no se altera ni se destruye con el paso de los años (Pereiro y Juncos, 2001). Por tanto, nuestro interés se centra en conocer qué tipos de cambios relacionados con la edad en los procesos cognitivos y más concretamente, en el ámbito de la atención, están relacionados con el procesamiento de la infor­ mación en las personas mayores. Aunque la atención juega un papel muy importante tanto para la cognición como para el comportamiento efectivo del ser humano, y su estudio ha sido objeto de múltiples investigaciones, la evidencia científica no recoge apenas ninguna relacionada con su evolución a lo largo del ciclo vital. Desde nuestro planteamiento, nos parece muy importante conocer los cambios que pudieran producirse en la aten­ ción durante el proceso de envejecimiento. De esta manera, se ha llegado a establecer, que los procesos atencionales presentan cierto 378 NAT. GRACIA LVII 2/mayo-agosto, 2010, 365-397, ISSN: 0470-3790

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