PS_NyG_2010v057n002p0341_0364

ANTONIO SÁNCHEZ CABACO entenderse sin la dialéctica permanente de ambos procesos. Por cu­ rioso que resulte, podemos recordar gracias al olvido. Lo expresó de forma magistral José Luis Borges: “El olvido es una de lasformas de memoria, su vago sótano, el secreto reverso de la moneda Aunque se le ha dado un gran protagonismo por lo que significa su pérdida, deseo enfatizar la dimensión positiva: Recuerdo, luego existo, que diría San Agustín en sus Confesiones (la memoria comò esencia de la identidad); o la perspectiva filosófica de Sàbato que se­ ñala que vivir es construir recuerdos futuros (la memoria como esencia del proyecto vital); o como suelo repetir a los alumnos en mis clases de esta materia: La memoria es el perejil de la Psicología (la memoria como el eje central de los procesos y la dinámica psicológica). Y a ella, la memoria, y a su pareja permanente de baile (cogni­ tivo), el olvido, se van a referir las reflexiones, para intentar clarificar sus frutos (los recuerdos). El interés de la temática es socialmente re­ levante, como señalaba Buñuel en su autobiografía: “A medida que van pasando los años, esta memoria en un tiempo desdeñada, se nos hace más y más preciosa (...). Hay que haber empe­ zado a perder la memoria, aunque solo sea a retazos, p ara darse cuenta de que esta memoria es lo que constituye toda nuestra vida. Un vida sin memoria no sería vida”. Los vaivenes de la memoria y el olvido unas veces son aparen­ temente intencionados (tenemos ilusión de control de la memoria); pero muchas veces la rumiación ejemplifica lo contrario, como dejó inmortalizado Pablo Neruda en sus versos finales de su obra ontolo­ gica Veinte p o em a s d e am o r y una can ción desesperada : “Ya no la quiero, es cierto, p e r o tal vez la quiero. Es tan corto el am o r y es tan largo el olvido El guión ordenado de nuestra identidad, el esqueleto vivencial, ha podido ser configurado gracias a las podas y caídas de las hojas se­ cas del olvido. Pero esta dinámica memoria-olvido debe mantener un 342 NAT. GRACIA LVII 2/mayo-agosto, 2010, 341-364, ISSN: 0470-3790