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ANTONIO SÁNCHEZ CABACO es clave. Decía Gracián: De nada vale que el entendimiento se ade lante, si el corazón se queda. La sentencia de Epicteto era casi cierta: No nos hacen sufrir las cosas, sino lo que pensamos de ellas (sería más apropiado traducirlo a términos mnésicos, es decir, lo que recor damos de ellas). ¿Se puede salir de esta encrucijada y de este círculo vicioso en el que el pasado condiciona no sólo el presente, sino tam bién el futuro? La cuestión crucial a la hora de contar nuestro pasado es cons truir una historia personal coherente y convincente, donde la carga de verdad no viene determinada por la fidelidad de los recuerdos, sino por el pacto autobiográfico, es decir, por un pacto para contar la pro pia vida, la de nuestra memoria. La cuestión clave es: ¿Qué aporta la Psicología Positiva para construir este pacto autobiográfico al servicio de la felicidad? LAMEMORIA REPARADORA AL SERVICIO DE LA FELICIDAD Frente a modelos terapéuticos que abogan por ahondar en el trauma (Tenenbaum, 2009) y defienden que la psicoterapia ayuda a los pacientes a reavivar su memoria, a llenar los vacíos del recuerdo, la Psicología Positiva apuesta por el perdón como mecanismo para conseguir la felicidad y eliminar el dolor. Veamos brevemente la esen cia de ambos posicionamientos. Desde los modelos psicodinámicos, en todas sus versiones, man tienen que una psicoterapia eficaz se basa en la búsqueda de la ver dad, porque a pesar del olvido (o la represión), el pasado no desapa rece jamás. Sus axiomas básicos son tres: - El pasado no puede cicatrizar, si no es dicho, si no es es cuchado (perdonar es un acto que no tiene espacio en la psicoterapia). - La única forma de “trabajar” las emociones es expresándolas y comprendiéndolas, es decir, asociándolas a los acontecimien- 352 NAT. GRACIA LVII 2/mayo-agosto, 2010, 341-364, ISSN: 0470-3790
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