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VIDA CRISTIANA Y EXISTENCIA ESCATOLÒGICA permanente del hombre, bien sea positiva, ante la afirmación, o bien lo sea negativa, ante el rechazo de la oferta divina. Donde está Jesús y es aceptado hay vida (Jn 11, 24-25), no puede haber muerte. El “Yo soy la resurrección y la vida ” se convierte en un acontecimiento envolvente que lleva a la participación de cuantos se adhieren a él en participantes de su misma vida. 4Q) L a V ida E terna La vida de los cristianos está centrada en el “sí” constantemente renovado a la situación en la que hemos sido colocados por Cristo en la muerte; en la entrega incesantemente ordenada a la superación y a la muerte del “hom bre v iejo”; al cumplimiento del designio divino que nos ha ordenado a “estar muertos a l p e c a d o ”, a “vivir p a r a Dios com o qu ien está muerto a l p e c a d o ” a “no vivir según la ca rn e , qu e lleva a la m u erte”, a “hu ir d e todo aqu ello qu e p rov o ca la ira d iv in a ” (Rm 6,11.13; 8,13; Col 3,3). Durante nuestra vida terrena, este morir no alcanza la finalidad intentada. El anhelo, el deseo e incluso el intento de verse libre del “h om bre v iejo”, de la forma terrena del hombre con sus apetencias y concupiscencias se cumple plenamente en la muerte corporal. Ella cumple la promesa que Cristo selló para cada uno en el bautismo. La muerte lleva a l creyente a la libertad d e los hijos d e Dios. Ella traslada a los cristianos desde la lejanía de Cristo en la existencia terrena a la vida plena en él: “Por am b a s partes me siento co accion ad o, porque, p o r un lado, deseo morir p a r a estar con Cristo, qu e es con mucho lo m ejor...” (Flp 1,23). ‘‘Así estamos siempre confiados, persuad idos d e qu e m ientras moram os en este cuerpo estamos ausentes del Señor, p o rqu e cam in am os en f e y no en visión” (2Co 5, 6ss). Cierto que esto no lo p u e d e la muerte p o r sí misma. Sólo en la fe en el evangelio reconoce el cristiano que el “no” de Dios, tal como el cristiano lo experimenta en la muerte, en realidad coincide con el “sí” de su voluntad salvadora. El juicio de la muerte está al servicio de la creación del hombre nuevo. Dicho de otro modo: el “no” de Dios NAT. GRACIA LVII 2/mayo-agosto, 2010, 267-338, ISSN: 0470-3790 275

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