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FELIPE F. RAMOS transignicación , no han prosperado. Sus autores han sido so metidos al silencio. No nos parece el sistema más adecuado para profundizar en un misterio tan sagrado. Tampoco cree mos que se fomente de este modo la tan innovada como ne cesaria inculturación, ni las nuevas relecturas d e la Biblia (y las del dogma, que son tan necesarias y urgentes como las bí blicas). Sería más conveniente reflexionar sobre los errores ac tuales que seguir pensando en los pasados. Aquellos no tienen remedio, éstos sí. - Otros teólogos intentan bailar entre dos aguas: “Ypor realidad objetiva no d ebe entenderse la constitución físico-qu ím ica del pan . Lo qu e cam b ia es el destino profundo del pan , del que n a ce en el p lan o d e la f e una relación nueva y sacram en tal en el mundo en virtud d e la p a la b r a creadora d e Cristo’165. Según esta manifestación habría que hablar de transdestinación. ¿Podemos preguntar en qué se diferencia de las dos rechazadas? Se guiremos con la Presencia S imbólica , intentando profundizar en su inmenso significado, conscientes de hallarnos muy lejos de cualquier tipo de alegorismo subjetivo. 65 A. AMBROSANO, Eucaristía, O.c., 489. 338 NAT. GRACIA LVII 2/mayo-agosto, 2010, 267-338, ISSN: 0470-3790
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