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FELIPE F. RAMOS “El futuro interpreta el presente y el pasado; todas las demás interpretaciones son útiles en la medida en que anticipan el fu tu ­ ro. Toda la realidad es considerada como una creación continua que proviene del futuro, y el futuro (Dios) es el punto que unifica todos los acontecimientos pasados, dando sentido a todo el curso de la historia ” (W. Pannenberg). “El ésjaton se centra en la resurrec­ ción de Cristo contemplada en la reflexión neotestamentaria como nueva comprensión de la relación hombre-mundo-Dios, debido a la conexión que tiene aquí la resurrección de Cristo con una resurrec­ ción general” (f. Moltmann). “La irrupción del reino de Dios es un acontecimiento en este tiempo y en este mundo actual; en el interior de este tiempo y de este mundo, pone término al tiempo y al mundo, pues el mundo nuevo de Dios está ya actuando ” (J. A. Pagóla). “En el tiempo presente, que se extiende desde la resurrección de Cristo hasta su próxima venida y que es el tiempo de la Iglesia, el reino de Dios se va realizando pro­ gresivamente en la historia humana en la espera de su fase fin a l”. (J. feremías ha elaborado esta teoría desde su estudio de las parábolas). Probablemente las explicaciones más significativas en el tema, sobre el que hemos concedido la palabra a autores tan cualificados, sean las de G. Bornkamm: “Radicalmente unidas en la predicación deJesús, las afirmaciones relacionadas con elfuturo y las que tratan delpresente no deben ser separadas. La irrupción ya actual del reino de Dios es expresada siempre como un presente que abre el futuro en cuanto que es salvación y juicio y, por tanto, nos lo anticipa. Se habla siempre delfuturo como de lo que procede del presente, lo que le aclara, y que así revela el hoy como el momento de la decisión. Si las palabras escatológicas de Jesús no describen el porvenir como un estado defelicidad paradisíaca y nos entretienen en pintar un terrible cuadro delju icio final, hay en ello, podríamos decir, algo más que una diferencia superficial, que no sería más que una cues­ tión de colores o de matices más o menos vivos en la paleta del pintor del Apocalipsis. En el anuncio que Jesús hace del Reino, hablar del presente es hablar al mismo tiempo delfuturo, y viceversa 270 NAT. GRACIA LVII 2/mayo-agosto, 2010, 267-338, ISSN: 0470-3790

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